El sábado fui a la boda de David y Vanesa, la hija de mi prima Irene.
Fue una ceremonia civil que se celebró en el mismo recinto del restaurante, Casa Paulino, de Petrer.
Los entrantes estaban de lo más exquisito, al igual que el mero y el cordero como platos principales. Incluso el postre, una simple brocheta de frutas, estaba servida en un recipiente con algo en el fondo que, con el contacto de un líquido que el camarero echaba, exhalaba humo con tal profusión que los paletos de pueblo allí asistentes nos quedamos boquiabiertos. Además de la fruta mágica, también hubo tarta nupcial, como era de rigor, tarta de San Marcos en concreto.
Me alegré de ver a algunos de mis primos con los que no suelo reunirme y poder desear felicidad a Vanesa y David, al que no conocía, y eso que llevan diez años juntos.
1 comentario:
Enhorabuena a los novios.y que guapos estabais todos
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