Sinopsis:
Conjunto de 20 historias, que giran en torno a la palabra, a la comunicación y que se entrecruzan en un trayecto de 400 metros: desde la madrileña plaza de Lavapiés hasta la Sala Mirador. Está a medio camino entre el teatro y el cine y se rodó en un plano único en el popular barrio de Lavapiés de Madrid. Los personajes hablan, discuten, ríen, lloran, amenazan, susurran, gritan, roban, se citan, se enfadan, se abrazan, proponiendo al espectador una reflexión sobre el inmenso poder de la palabra.
Tenía mucho
interés en ver esta película por varias razones. Una de ellas, por la parte
técnica al estar rodado todo en un plano seguido. Otra, por el maravilloso
elenco de actores y actrices españoles que lo componen. Además, es un retrato
de la sociedad actual, con los estragos que ha causado la crisis, el desempleo
incluso en las personas sobre cualificadas, el amor fraternal, la confusión que
sufrimos a la hora de encontrar pareja, el sexo y la pornografía, el racismo y la xenofobia, las enfermedades mentales, los problemas
medioambientales,... Además, es un bello acto de amor al teatro. Todo ello expresado gracias al poder de la palabra. Son un montón
de historias que aparentemente que no tienen nada que ver entre sí, pero que se
van uniendo unas con otras. Me gustaron mucho los papeles de Álex García y
Miguel Ángel Muñoz, una de mis debilidades.
Un experimento
dirigido por Joaquín Oristrell que resulta muy interesante de ver y cuyo cartel me encanta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario