viernes, 24 de junio de 2016

The Hollow Crown: The Wars of the Roses



Sinopsis:
Tras la larga Guerra de las Dos Rosas (1455-1487), en la que se enfrentaron las familias de los Lancaster y los York por el trono inglés, Inglaterra disfrutó de un periodo de paz bajo el reinado de Eduardo IV. El hermano de rey, el deforme Ricardo, un hombre envidioso, perverso y muy ambicioso, recurre al engaño y a la manipulación para tejer una red de intrigas y crímenes en torno al rey con el fin de conseguir la corona.




Con paciencia, por los subtítulos en inglés, he acabado de ver los episodios de The Hollow Crown: The Wars of the Roses. Mi particular homenaje shakespeariano en su aniversario está resultando más fructífero de lo que me pensaba. Claro está que  no me ha supuesto ningún sacrificio disfrutar de Ricardo III, a pesar de las supuestas maldades del monarca. Pasiones aparte, este Benedict Cumberbatch es un portento en su interpretación, tanto desde la juventud del rey que se convierte en déspota hasta su final en la batalla siendo un despojo atormentado. 

El mismo Ben lo describe de esta forma: "Lo maravilloso de interpretar a Richard III es haber experimentado la trayectoria completa. Ves el nacimiento de alguien que ha sido tratado como un extraño dentro de una familia tipo Kennedy, todos completamente aptos y atléticos; alguien que se queda en casa, que ha sido domesticado y feminizado, -que lo han dejado solo para que crezca su encono. Eso crea un resentimiento que repentinamente ves explotar en línea recta hacia Henry VI, hacia el final del segundo episodio”. 
 


Hay que ver qué matices da a cada momento y cómo suena esa voz suya que parece chocolate negro fundido. Cuando rompe la cuarta pared y mira directamente a cámara, o sea al espectador, pone los pelos de punta. El resto del reparto es buenísimo también, claro está, no podría ser otra manera viniendo de la BBC, pero no hay quien supere a mi Benedict Se me va a hacer muy largo hasta que lo pueda ver en octubre como Doctor Strange.

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