lunes, 27 de agosto de 2007

Concierto de Chayanne


El viernes fui con amigas, primas y mi hermana a ver a Chayanne. Mi relación con este cantante puertorriqueño no deja de ser curiosa: cuando la mayoría de la gente que acude a sus conciertos en España lo conoció a raíz del éxito popular de “Salomé”, yo le sigo la pista más o menos desde 1992. Por aquella época se podía ver en Agost un canal mexicano llamado Galavisión y fue allí donde me llamó la atención por vez primera. Si me cautivó no fue por sus baladas románticas típicamente latinas sino por su modo de moverse pues acompaña sus canciones más bailables de unas coreografías notables; además, el chaval está físicamente de lo más apetecible, a qué negarlo. Como sus discos no se editaban en España, Johnny, mi buen amigo mexicano, me los enviaba puntualmente. Creo que era la única espectadora del concierto que conocía todas las canciones antiguas que cantó, no sólo las más populares.
El concierto tuvo lugar en el campo de fútbol de San Juan. La tarima para discapacitados era minúscula, apenas daba cabida a dos filas de tres sillas apretujadas como sardinas en lata. Lo bueno es que estaba céntrica, justo enfrente del escenario, no excesivamente lejos de él. Además, las tres pantallas nos acercaban los detalles que a simple vista no se apreciaban. Por ejemplo, una amiga insistía en que lo mirase de perfil. “Una nariz muy bonita”, convine. “No, mira más abajo”, insistió. Siempre pecaré de boba.
El espectáculo es pura virguería, no por las baladitas melosas (tampoco es que les haga ascos) sino, repito, por las coreografías. ¡Cómo baila este hombre! Pese a que combina sabiamente tiempos rápidos con lentos para equilibrar el consumo de energía, a sus 39 años bien llevados, no sé cómo puede soportar semejante trote durante casi dos horas. Le acompañan seis bailarines, tres hombres y tres mujeres, igualmente fabulosos, y juntos llevan a cabo unos bailes de lo más sexy. En uno de ellos Chayanne, siempre guapísimo, sale con la camisa desabrochada y ni os cuento cómo aullaba el personal predominantemente femenino.
Es que aparte de su indiscutible belleza, la impresión que da es de ser un hombre encantador a más no poder, de sonrisa franca y buenos sentimientos. Vamos, el marido o yerno ideal. Mi hermana se lo encontró una vez en el aeropuerto de Barajas y tuvo la ocasión de constatar la amabilidad que le caracteriza.

3 comentarios:

Conchi dijo...

"Concierto de Chayanne". Eso debería figurar de título, que se me ha olvidado ponerlo.

Mari Pau dijo...

Qué gracioso, Conchi, lo de mira más abajo... Salidillas! Ya estás contando lo de tu hermana.. Qué le paso con Chayanne, cuentaaaa, por favor.

Conchi dijo...

Mi hermana y mi sobrino se lo encontraron en Barajas. Toni le preguntó si podía hacerse una foto con su madre. "Encantado", respondió. Le dio dos besos a mi hermana. La cámara no funcionaba y el que acompañaba a Chayanne le metía prisa. El cantante le pidió que esperara hasta que la cámara se dignó funcionar. Para despedirse, otros dos besos. Oh ¿no es él un encanto?