martes, 11 de marzo de 2008

Rectificación




Atención, rectifico. Los daños a los que hacía referencia no se han causado estos días de atrás: ha sido esta misma mañana, de madrugada, y por lo visto ha sido causado por olas gigantes. No sé si se ha juntado el temporal con una gran pleamar, pero el caso es que las olas han alcanzado los siete metros. Aquí os dejo el texto de la noticia, por si os interesa.

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Un golpe de mar ha provocado esta mañana importantes daños en todo el frente costero de Cantabria, siendo una de las zonas más afectadas El Sardinero, donde la fuerza de las olas, que alcanzaron alturas de siete metros, ha arrastrado coches y ha inundado de agua y arena las calles más próximas a la playa.
El oleaje ha causado cuantiosos daños en la Avenida García Lago de Santander y, en concreto, en el Hotel Chiqui, sobre todo en la planta baja, y ha sido de tal intensidad que ha arrastrado un coche hasta el interior del comedor, rompiendo por completo las lunas. El agua llegaba esta mañana hasta las rodillas en la dirección del establecimiento.
En las inmediaciones del hotel, han resultado dañados al menos otros cinco vehículos, y farolas y barandillas han sido arrancadas.
El delegado de Gobierno, Agustín Ibáñez, y el alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, visitaron hoy esta zona, en la que empleados municipales y del propio hotel trabajaban para devolverla a la normalidad.
Empleados del hotel Chiqui relataron cómo, en torno a las siete de la mañana, cuando se disponían a entrar al trabajo, se encontraron con toda la Avenida García Lago "inundada", de forma que se impedía el acceso.
El agua afectó al aparcamiento y llegó a desplazar los vehículos estacionados, además de llegar al restaurante, a cuyo interior trasladó el citado automóvil, y también a los salones que se encuentran en la planta baja.
La directora del hotel, Ruth Cervilla, ha explicado a los medios de comunicación que cuando ella llegó, en torno a las 6.20 horas, unos veinte minutos después de que se produjera el golpe de mar, el agua cubría un palmo de la recepción y las lunas del restaurante estaban totalmente rotas y tiradas en el suelo.
Todo el personal del hotel está trabajando en las tareas de limpieza y de retirada de cascotes y de todo el material afectado, como sillas, mesas, cortinas o vajillas, entre otros enseres.
En la noche de ayer más de 40 habitaciones del hotel se encontraban ocupadas, aunque ninguna de ellas ha sufrido desperfecto alguno, ha señalado una de las trabajadores del hotel.
Cervilla ha añadido que entre los desperfectos del comedor se incluye una colección de cuadros del pintor cántabro Calderón.
Daños en todo el frente costero
El alcalde explicó por su parte que el área más perjudicada de la ciudad es la que se comprende entre la playa de Los Peligros y el hotel Chiqui, y especificó que, en total, han resultado dañados 80 metros de barandilla, 300 metros de las pasarelas de las playas, 50 metros de muro y 40 árboles, además de producirse entradas de agua en distintos restaurantes.
Por su parte, el delegado de Gobierno recordó que el temporal ha afectado a otras localidades de la costa, como San Vicente, Castro Urdiales y Santoña, e incidió en los daños sobre los arenales de la santanderina playa de La Magdalena, en la que será necesario reponer 35.000 metros cúbicos de arena para devolverla a las mismas condiciones en las que se encontraba hace dos años.

1 comentario:

Conchi dijo...

¡Qué lástima de playas y qué lástima de planeta! Según leí en http://www.20minutos.es/noticia/357899/0/ocde/pib/climatologia/:
Tomar un conjunto de medidas que hicieran controlable el cambio climático y las consecuencias medioambientales que de él se derivarían costaría un total de 456.000 billones de euros al año, lo que supone un poco más del 1% del PIB mundial (unos 46 billones de euros según el Fondo Monetario Internacional) de aquí a 2030, un periodo en el que el crecimiento económico global sería del 97%.
El citado coste de poco más del 1% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial entre 2005 y 2030 de todas las medidas para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero significaría que el crecimiento global se vería amputado de 0,03 puntos anualmente.
Con ese 0,03% se podrían empezar a emprender medidas urgentes contra el calentamiento mundial, la pérdida de especies, la escasez de agua, la tala ilegal o la polución.