martes, 11 de noviembre de 2008

Menos mal que algunas semanas tienen ocho días


El domingo mi amiga Esther y yo nos dirigimos a la Casa de Cultura a ver el espectáculo de la compañía alicantina de danza-teatro Azahar “Menos mal que algunas semanas tienen ocho días”, un proyecto patrocinado por la Diputación que intenta reflejar la vida cotidiana de los jóvenes desde el punto de vista femenino, a partir de una base musical flamenca que, además, incorpora diversos estilos musicales como tecno, funky, samba y jazz.

Estructurado a partir de los distintos días de la semana, cada jornada está dedicada a los problemas y preocupaciones que configuran el mundo de las jóvenes como el trabajo, los chicos, el periodo, los embarazos no deseados... “Cara de lunes”, dedicado a la rutina de levantarse cada mañana para ir a trabajar; “Martes y trece”, sobre la inseguridad de los chicos de hoy respecto a las mujeres; “Miércoles, la puta regla”, “Jueves. Embarazadas”, “Viernes. Ñoñerías”, “La fiebre del sábado noche”, con botellón y drogas, y “Domingo. La resaca del señor”, son algunos de los temas tratados, pero este show reivindica la falta de espacio y libertad para soñar, el deseo de un octavo día, veinticuatro horas para dejar correr la imaginación sin ataduras.

Me pareció la mar de interesante esa fusión entre obra teatral y cuadros de danza. El problema ante una temática más bien transgresora, con diálogos y escenas bordeando lo escatológico (sin llegar a caer en ello), con expresiones actuales en las que se incluían algunas malsonantes, no era lo más adecuado para el público mayoritario de la tercera edad que salió entre escandalizado y horrorizado, aunque, menos mal, reconociendo el mérito de las seis actrices-bailarinas. Eso sí, los abuelos se irían bien animados a sus casas pues las chicas lucieron palmito en escenas ligeritas de ropa.

Para colmo, mucha de esta gente mayor se cree que en lugar de una sala de teatro se encuentra en el sofá de su cuarto de estar viendo la tele y comentando en voz alta las jugadas más interesantes. Y no se te ocurra llamarles la atención, pues te pueden llamar la marimorena.

1 comentario:

maria esther dijo...

La obra me gusto,pero totalmente inadecuada al publico que estaba ese dia en el teatro.