viernes, 19 de junio de 2015
Número Cero
Sinopsis:
Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder el tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores.Con estas credenciales se nos presenta Colonna, el protagonista de Número 0, que en abril de 1992, a sus cincuenta años, recibe una extraña propuesta de un tal Simei: va a convertirse en redactor jefe de Domani, un diario que se adelantará a los acontecimientos a base de suposiciones y mucha imaginación, sin reparar casi en límite que separa la verdad de la mentira, y chantajeando de paso las altas esferas del poder.
Para no decaer en el retomado hábito lector, escojo libros que no sean muy voluminosos y me desanimen. Con esa premisa me animé a empezar Número Cero, de Umberto Eco, del que no leía nada desde El nombre de la rosa, allá por el siglo pasado.
Menuda somanta de palos pega a la prensa escrita, a la que acusa de mentirosa y, sobre todo, manipuladora. Así, uno de los personajes afirma que “los periódicos no están hechos para difundir sino para encubrir noticias” mediante el método de camuflarlas bajo un alud de otras informaciones. Léase periódicos, léase Internet. “Sucede el hecho X, no puedes obviarlo, pero, como pone en apuros a demasiada gente, en ese mismo número te marcas unos titulones que le ponen a uno los pelos de punta y tu noticia se ahoga en el gran mar de la información”. Por supuesto, no se libran los políticos ni los jueces, ambos grupos corruptos, de las puyas del señor Eco. Supongo que su intención era escribir un ensayo, pero endulzó la píldora al revestirlo de novela.
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