Esta noticia tiene unos días pero no he tenido ocasión de comentarla hasta hoy. En un mundo plagado de malas noticias, entre actos terroristas, disputas políticas, crisis económicas y corruptelas varias, alegra que triunfe el amor, al menos en un país tan conservador como EE.UU., que por fin permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, igualdad de la que gozamos en España desde hace 10 años.
Por eso, la Casa Blanca se tiñó con los colores de la bandera que representa al colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT). Y es que el viernes una resolución histórica del Tribunal Supremo convirtió a Estados Unidos en el quince país de todo el mundo en permitir el matrimonio homosexual. Tras la resolución, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo resumió en una rueda de prensa con la sencilla frase: “el amor gana”.
No obstante, queda mucho por avanzar entre la sociedad civil para evitar actos de discriminación, acoso y maltrato, no sólo contra el colectivo gay sino contra cualquier otro que resulte diferente o en minoría. La lucha por la igualdad no ha terminado ni en EE.UU, ni en España ni en casi todo el resto del mundo.
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