Mi sobrino Carlos
y su novia Lydia dejaron a la pequeña María con mi hermana para llevarme a la
plaza de toros de Alicante al concierto de Miguel Bosé, de quien ya sabes que
soy muy fan. Como preparación, me compré hace unas semanas el CD Amo, que da título a la gira. He de admitir que me ha gustado mucho
más de lo que esperaba, es un trabajo muy Bosé tanto en letras como en voz y
música.
El concierto es
una delicia de espectáculo. La escenografía consta de cuatro columnas que, a
modo de biombo chino, se mueven y en las que se proyectan imágenes de gran
belleza relacionadas con las canciones, además de otras del propio concierto.
Tanto Miguel como los coristas y los músicos van vestidos enteramente de
blanco, lo que contrasta de maravilla con el fondo negro, los juegos de luces y
las imágenes proyectadas. Por supuesto, las canciones nuevas se intercalan con
los éxitos de siempre, que son los más coreados y celebrados por el público.
Alterna también los tempos lentos con los rápidos. En estos, el coro y los
guitarristas acompañan a Miguel en esas coreografías tan Bosé.
Por cierto, aunque por la foto anterior no lo parezca, no
sé si será la edad o la paternidad, pero está más comedido, menos provocador
que en otros conciertos en los que lo he visto desde el siglo pasado. Pero tan
encantador y mágico como siempre. Tantos años de carrera hacen de él el dueño
del escenario, el gran seductor.
Fotos copiadas de https://www.facebook.com/mianfoto?fref=photo
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