Louisa Clark sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la
parada del autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café The
Buttered Bun y sabe que quizá no quiera a su novio Patrick.Lo que Lou no sabe
es que está a punto de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que
la mantienen en su sano juicio.
En un foro de amigas
recomendaban a menudo novelas de Jojo Moyes, de la que no conocía nada. Volví a
ver su nombre en una noticia sobre el rodaje en Mallorca de la adaptación
cinematográfica de esta novela, protagonizada por el monísimo Sam Claflin y la
khaleesi Emilia Clarke. Curiosamente, en el libro no van a Mallorca sino a las
Islas Mauricio. No es lo mismo, no. Todo esto, añadido a que en las fotos se
veía a Claflin en silla de ruedas, hizo que me picase la curiosidad y buscara
la novela.
He de admitir que ha superado mis expectativas. Pensaba que sería un argumento ñoño, previsible y lacrimógeno. Por fortuna, la autora tiene la gracia de presentar unos personajes vivos y con matices que acaban por enamorar, tanto los principales como los secundarios. He recuperado la fe en el género romántico. Aparte de la historia de la pareja, plantea un tema peliagudo que provoca que el lector (lectora más bien) se cuestione qué haría en la misma situación. Si en la película se respeta el final, van a tener que regalar pañuelos con la entrada porque los cines van a correr peligro de inundación por los llantos.
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