lunes, 28 de septiembre de 2015

Cena literaria



El viernes 18 fui con mis amigas Mari Pau y Nati a una cena literaria dedicada al más conocido de los poetas valencianos contemporáneos, Vicent Andrés Estellés. Ya se había celebrado en dos ocasiones anteriores a las que no asistí, una porque coincidió con la cena de quintos y la otra no recuerdo el motivo. 

Éramos sobre medio centenar de personas, muchas más de las que me imaginaba. Como apertura, nos ofrecieron un número musical (desconozco el título, así soy de ignorante en esas cuestiones) con piano y dulzaina, instrumento típico de la tierra. Seguidamente, un brindis por el poeta y los comensales, para el cual tomé un sorbito de vino, no más, que me sienta fatal. El menú, de acuerdo con la temática, constó de platos de la tierra: aceitunas y encurtidos varios, cacahuetes con cáscara, fuet, habas hervidas, tortillas, coquitas a la pala con pericana, bacalao con tomate, calabacín a la plancha, longanizas y butifarras, y de postre uvas y almojábanas caseras. Creo que se me olvida algo, pero no caigo qué.

Los más veteranos en las lides se animaron a leer poesías del homenajeado, el poeta del amor carnal y la cotidianidad. Mari Pau salvó el honor del grupo leyendo una. Servidora no se animó, aparte de por timidez e inseguridad, porque nunca la lírica ha sido un género que me haya entusiasmado como lectora, mucho menos como rapsoda. Creo que la gran cantidad de comensales jugó en contra de la velada: si hubiésemos estado en petit comité quizá habría sido más cercano, más participativo.


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