Sinopsis:
Rachel, treintañera, atraviesa una crisis personal. Bebe demasiado y ha
"olvidado" decirle a su compañera de piso que la han despedido. Para
sustentar la mentira coge el tren de las 8.04 todas las mañanas al centro. Desde
su asiento, en una de las paradas, observa la casa de su ex, Tom y
vislumbra su nueva vida: acaba de tener un hijo con su chica. De paso, como la
perfecta obsesiva que es, se fija en una pareja que vive cerca de la estación.
Comienza a fantasear con ellos y, un par de capítulos después, a indagar
compulsivamente en su intimidad. Un día, la mujer, Megan
desaparece. A partir de ahí, Rachel comienza por su cuenta una investigación
para descubrir su paradero.
Sabedora que esta
novela es una superventas, me parecía raro que me costase engancharme. Menos
mal que no desistí porque más adelante me atrapó ese relato a tres voces femeninas
sobre las interacciones humanas y las dependencias, sea del alcohol u otras
sustancias o, de la que es peor, las relaciones.
De una novela
relatada a golpes de monólogos interiores, con saltos en el tiempo, lo que me
extraña es que ya está prevista la adaptación cinematográfica. Maravillas se
les ocurrirán a los guionistas, no me cabe duda.
2 comentarios:
Tengo una película del mismo título, pero es otra historia, lo he comprobado en el Filmaffinity.
Pese a que los críticos literarios habitualmente las denuestan, creo que detrás de cada una de esas novelas superventas se esconde, aparte de una buena operación de marketing, una historia que engancha a la gente porque habla de cosas que interesan, conmueven o permiten dejar volar la fantasía. Vale, puede que sean mala literatura; puede que incluso no se las deba considerar literatura en absoluto... pero está claro que son obras válidas que aportan algo a la gente. Y eso es valioso y respetable.
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