viernes, 7 de marzo de 2008

Capítulo final de la campaña electoral


Antes de dejaros con la jornada de reflexión, os cuento el acalorado debate del que he sido testimonio esta mañana con el grupo de señoras cincuentonas que vienen a clase de inglés.
Me encanta cuando empiezan su perorata con “Yo no soy de ningún partido pero...” y te arengan a favor de uno y en contra del otro. A lo que su interlocutora responde con las posturas inversas, eso sí, sin olvidar la frase introductoria de marras. ¿Para qué, me pregunto, si resulta transparente de quién es cada una? Y yo, en medio, intentando reconducir la diatriba hacia el genitivo sajón, pero ni caso.
Para las próximas elecciones voy a comprarme un cronómetro y marcar así los tiempos de intervención, porque creo que el alternativo uso del látigo para imponer silencio no quedaría bien visto. Lo único que pido es que el que gane lo haga por mayoría absoluta, si no, el viernes próximo toca debate de bisagras y coaliciones. ¡Socorro!

Que votéis con salud el domingo.

2 comentarios:

ana dijo...

Quizás es propio de la personas mayores el no decir el partido al que votan, por la represión o silencio vivido en su juventud. Yo es que lo tengo tan claro y quien me conoce pues lo sabe al 100%. Eso sí, hay mucha gente que me dice abiertamente que también son del psoe y otros que no son de ningún partido (esos son precisamente los del pp)

Mari Pau dijo...

Yo siempre he sido roja tirando a granate pero eso no quita que me indigne cuando el PSOE montó lo del GAL, por ejemplo. Así que critico lo que me parece que está muy mal del PSOE igual que critico al PP con su hipocresía y sus ganas de crispar a la sociedad con el tema de ETA, que debería ser intocable, por respeto a las víctimas y por que se tiene que hablar de que de una vez por todas abandonen las armas sin condiciones políticas.