miércoles, 17 de agosto de 2011

Tres vidas de santos

Sinopsis:
Tres magníficos relatos de Eduardo Mendoza, narrados con el inconfundible y personalísimo estilo del autor. Una combinación perfecta de seriedad e ironía. Los tres relatos que comprenden este volumen guardan un rasgo común. En ellos hay personajes que podrían califi carse de santos: no son mártires ni anacoretas, pero son santos en la medida en que están dispuestos a renunciar a todo por una idea, que cultivan sus obsesiones en su relación con los demás.

La ballena es el relato más cercano a las crónicas barcelonesas que han hecho célebre a Eduardo Mendoza, y se inicia en el Congreso Eucarístico de 1952; El final de Dubslav, ambientado en África, es una intensa narración con un final impresionante; y por último, El malentendido es una profunda reflexión sobre la creación literaria y el difícil diálogo entre clases sociales, además de una variación seria del personaje del lumpen que inspira al detective sin nombre de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras.


Que no os asuste el título. No vayáis a pensar que por la visita del Papa me he puesto a leer biografías del santoral. Como bien apunta Eduardo Mendoza en el prólogo, los tres relatos que componen la obra no se refieren a santos en el sentido hagiográfico del término, ni de santos ejemplarizantes o con milagros en su haber. Los santos que protagonizan las tres historias de Mendoza son simples hombres, luchadores quijotescos, que no acabarán triunfando.

Creo que es la primera obra que leo de Mendoza, y eso que es de las principales plumas del país. Oficio tiene el señor, no cabe duda, nada que objetar a su estilo. Las tramas, sin embargo, no me terminaron de atrapar. Lo bueno es que los relatos no son excesivamente largos y no llegan a cansar.

1 comentario:

Johnny dijo...

Ojalá lo tenga a la mano pronto.