Sinopsis:
Una poderosa historia de descubrimiento sexual e
intelectual basada en acontecimientos reales a partir de la turbulenta relación
entre el joven psiquiatra Carl Jung (Michael Fassbender), su mentor Sigmund
Freud (Viggo Mortensen) y Sabina Spielrein (Keira Knightley). A este trío se
añade Otto Gross (Vincent Cassel), un paciente libertino decidido a traspasar
todos los límites.
Sin
declararme devota de David Cronenberg, creo que he visto casi todas sus
películas porque siempre sorprende y perturba, y porque, quizá muy en el fondo,
tengo algo de morbosa. Sin embargo, esta peli me aburrió, de hecho tenía que
esforzarme para no dormirme.
Para empezar, qué manera de desaprovechar la
impactante presencia física de dos actorazos como Michael Fassbender (aquí,
carente de atractivo, por muy de moda que esté) y Viggo Mortensen, lo menos
parecido a la imagen que tenemos de Freud. Keira Knightley me pareció
sobreactuada y mal doblada, aunque esto último no es culpa suya. El
personaje que más me atrapó fue el (demasiado breve) de Vincent Cassel cuyo
físico inquietante es el ideal para los personajes perturbados del director
canadiense.
Quizá pesaba en exceso el origen teatral de la obra y sobraban
diálogos, no sé. El caso es que me decepcionó.
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