martes, 22 de octubre de 2013

Microrrelato

La semana pasada, y instancias de unas compañeras de trabajo, escribí un microrrelato para presentarlo a un concurso que organiza la cadena ser. Ninguno de los tres que presentamos al certamen (y que fueron escritos en colaboración) ganó, como por otra parte era de prever. Creo que concursaron cerca de tres mil microrrelatos, así que lo teníamos extremadamente difícil. Las bases eran construir una historia con un límite de cien palabras y a partir de la última frase de la última novela de Mario Vargas Llosa (inculta de mí, no sé cómo se titula). Dicha frase era: "Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión"

 Lo que cuenta, sobre todo, es lo mucho que me divertí escribiéndolo con mis compañeras y lo que aprendí de la experiencia. Aquí os lo dejo, esperando que vuestro jucio sobre él sea un poco mejor que el de Juan José Millás, quien oficiaba de jurado y de quien se rumorea que puso a bajar de un burro la calidad general de los participantes. Sí, señor Millás, ya sé que no tenemos oficio, y la mayoría de nosotros, ni siquiera talento, pero ¿no le parece que el ser aficionados a las letras en una época como la presente, en la que la imagen lo devora todo, tiene cierto valor "per se"? No nos desanime, ande. Todo esto, por supuesto, si es cierto lo que he oído, que a lo mejor no.

Bueno, aquí va:


DAÑOS COLATERALES

Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Sin noticias de la torre. El comandante miró hacia la pista para comprobar las condiciones de aterrizaje. Un frío hormigueo, una capa de helado sudor brotaron de  su cuerpo. Su mirada, espantado vidrio negro, se desvió hacia el copiloto y encontró reflejado en él idéntico estupor traumatizado. Bajo ellos, el aeropuerto se deshacía  envuelto en el fuego atroz de los lanzallamas y el picoteo salvaje de los morteros. “Rebeldes… atacan Kabul…” alcanzó a pensar. Una sombra se deslizó, mortífera, sobre el avión. Tragó saliva y sujetó los mandos.

7 comentarios:

Conchi dijo...

El ganador fue este:

"Salidas de emergencia
Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Tenía las manos húmedas y el aire artificial le irritaba la garganta. Consultó el reloj. Disponía aún de cincuenta minutos para disfrutar de su soledad portátil en aquel paréntesis a ocho mil metros de altura. Abajo aguardaba el pasado recalcitrante que volvería a pegarse a su piel e impregnar la ropa con el rancio hedor gris de la rutina usada, adueñándose de nuevo de todos los rincones de su espíritu. Por la ventanilla se divisaba el mar azul que brillaba hasta el infinito. Se desabrochó el cinturón, salió al pasillo y comenzó a gritar."

A mi juicio, este, a diferencia del vuestro, peca de redicho y artificial, lo que no casa con el estilo de Millás, por lo que me extraña la elección. Quizá el jurado valoró lo abierto e inconcreto del final. O simplemente es que el "fallo" estaba amañado.

márian dijo...

En mi más que ignorante opinión, el relato ganador me parece más uniforme con el inicio obligatorio pues me parece que tiene ese sentido intimista que sugiere, al menos a mí.
Por lo demás, no me parece el vuestro significativamente peor, diferente y con un giro más inesperado.
En cuanto a la supuesta crítica del tal Millás, que en principio descarto, y que en caso de estar equivocado, opino que no tenéis que daros por aludidas desde mi punto de vista. En todo caso, si lo dijo, supongo que no será extensible a todos los relatos, y a lo peor, quizás ninguno merecía ese menosprecio, al final sólo es una opinión, quizás infinitamente más autorizada que la mía...pero ni así me parece inequívoca.
Además...¿ lo importante no es participar ?. Como en la vida, no todos podemos ser genios, pero nadie nos puede impedir intentarlo, aunque sea solo por unos minutos.
Así que considero que no tenéis motivos para no continuar, a lo mejor tenéis más suerte en la próxima...¿ y usted ?.

carolina dijo...

Tienes razón, Márian, en que el final de la novela de Vargas Llosa sugiere un tono intimista. En ese sentido, mi relato no casa muy bien en dicha premisa. Defecto que, por cierto, no presentaban los relatos de mis compañeras, mucho más inclinados hacia la introspección. De todas formas, y en lo que a mí respecta, no estoy en absoluto decepcionada. Es más, la experiencia ha servido para insuflarme más entusiasmo a la hora de pulir la expresión, de descartar elementos superfluos, por lo menos en el campo del relato corto.
Y es verdad que lo de Juan José Millás era sólo un rumor y tal vez no debería haberlo escrito en público, ya que no he comprobado del todo su veracidad. Aun así, no es que me sintiera aludida con lo que presuntamente dijo: es que me da pena y me incomoda cierto estilo de crítica corrosiva que, si bien puede actuar a veces como revulsivo, en muchos casos no aporta demasiado.
En resumen, lo dicho: ¡¡a por el siguiente!!
Gracias a Conchi y Márian por leer el relato y comentar vuestras impresiones.
P.D.: Saludos a la gente del blog. Siento haber estado ausente tanto tiempo. :(

ana dijo...

No puedo entrar a valorar de la forma que hacen Conchi y Márian. Incluso no veo tanta diferencia.

carolina dijo...

Muchas gracias a ti también por leerlo, Ana.
Cuando he visitado la página de la SER donde estaban los relatos finalistas, he encontrado algunos que me han gustado bastante más que el ganador.
A saber:

"Yo no voy" (Gabriel Sagastume)


"Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Los soldados se amontonaban, sentados sobre los bolsos y con los fusiles apretados entre las piernas. Sus conversaciones eran apenas un murmullo ahogado, acallado por las voces enérgicas de los suboficiales. De pronto sentí un clic, una mano se apoyó suavemente en mi hombro y me obligó a mirar hacia atrás: le vi la cara transpirada, los ojos húmedos, sangrientos y la pistola negra y brillosa con el martillo del percutor listo para disparar, apoyada en la sien. "Yo no voy, me dijo". Y disparó".

También, por el estilo atrevido, aunque no tanto como el anterior:

"Elefante" (Mauricio Montenegros)

"Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión que se mecía con torpeza como un animal enorme que forcejea para salir de un pantano y saca de pronto la cabeza para que se apaguen con un suspiro las luces que indican que hay que llevar cinturón de seguridad y el avión se estabilice al tiempo que el rugido del motor se acalla aunque quizá demasiado y las luces se prenden de nuevo con furia mientras ellos atraviesan de vuelta la capa de nubes como sumergiéndose en un pantano y el sol desaparece".

Igualmente, por la pulcritud en la forma de resolver el reto que planteaban las bases del concurso:

"No me puedo casar contigo" (Felipe Augusto Vial Espinosa)


"Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Entonces Rodrigo suspiró,agachó la mirada y tomó la mano izquierda de Paula. Le quitó suavemente el anillo de compromisoque le había regalado la noche anterior y le dijo no me puedo casar contigo".

Y, por último, me hizo gracia el giro que se daba en este otro:

"Certeza fatal" (Víctor Manuel Arguedas Ramírez)


"Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión; como de costumbre, Fred dormía en su asiento. Por su trabajo viajaba frecuentemente; sin embargo, quería cambiar de oficio porque tenía un sueño repetitivo: el aeroplano se estrellaba contra un promontorio. Aunque él miraba el accidente desde lejos, siempre despertaba bañado en sudor. Aquel día, en algún instante, a pesar del profundo sueño, Fred creyó oír la voz del piloto pidiendo calma a los pasajeros, ordenándoles ajustarse los cinturones y tomar la posición de choque. Entonces abrió los pesados párpados y sonrió. Recordaba que en el sueño repetitivo salía vivo del percance; por eso cerró sus ojos para continuar durmiendo".

Todos ellos, en mi (poco fiable) opinión, tienen más gancho. Pero imagino que las imágenes que utilizaba el ganador son lo que ha seducido al jurado, y no carecen de mérito.

márian dijo...

Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Sabía ya que el mundo, allá abajo, no me vería. El sudor frío que bajaba por mi frente irritaba mis ojos entreabiertos, pero mis forzados pensamientos impedían que me lamentara por ello. Mientras me preguntaba cuánto tiempo seguiría sufriendo aún por tener la constancia de que ya no vería a mis hijos, y eso, eso era lo único que me dolía.
Para intentar desviar este pensamiento dirigí mi mirada a la ventanilla. Nunca antes me había parecido el azul del cielo tan hermoso como lo veía desde el asiento reclinado. Mi inminente muerte me estaba pareciendo humillante, rodeado de desconocidos a los que no era capaz siquiera de entender una sola palabra, que oía como un ligero eco lejano…

¿ Sería por "relatos" como éste, la crítica del Sr. Millás ?. Pues sigo pensando que no me parece para tanto.

Disculpen el atrevimiento. Doy por hecho que no hubiese pasado la primera criba, así que no me hubiese afectado en lo más mínimo.
Gracias a ello dormiré con un poco de suerte esta noche. Un saludo a todos.

Mari Pau dijo...

Me gusta mucho tu microrrelato y todos estos que has elegido y el de Marian... pero, no había alguno en que no hubiera muerte o terroristas o desengaños amorosos o catástrofes varias? jaja