Inmersos en la Feria Artesanal y Gastronómica, Agost se vio inundado de visitantes el fin de semana pasado. Como dos turistas más, Mari Pau y yo, aparte de recorrer las distintas casetas y comprar alguna golosina de la tierra, nos apuntamos a diversas actividades, como una visita guiada a la iglesia de San Pedro Apóstol.
El guía era Antonio, mi compañero conserje de la Casa de Cultura, que es licenciado en Historia del Arte. Éramos un grupo bastante numeroso, de más de una veintena de personas, casi todas forasteras. Me encantó la experiencia de conocer datos históricos y arquitectónicos y ver desde otra óptica el templo al que tantas veces he ido y de cuyos detalles no me había percatado. Por desgracia, también saltaron a la vista las calamidades que ha sufrido a lo largo de su historia, en especial las de las últimas décadas, ya no fruto de la guerra sino del capricho de algunos.
El precioso collage de fotos se lo he tomado prestado, con su permiso, a Aarón Piqueres Torres.
3 comentarios:
Antonio incidió mucho en los saqueos de la Guerra Civil en la iglesia, sin embargo no hizo hincapié en los destrozos que causa el capricho, como tu dices, de algunos influyentes en las esferas eclesiasticas, que a su libre albedrio ponen templetes ridículos aquí o allí, estucan, ponen ventiladores cutres, ponen mármol, impidiendo la transpiración de la piedra... en fin, somos valencianos puros y duros.
A parte de eso, me gustó mucho la visita.
¿Cuáles son las golosinas de la tierra? Deben ser deliciosas.
Entre Mari Pau y yo hicimos un recorrido gastronómico por la comarca: uva, turrón, pastas, cocas, embutidos, quesos,...
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