martes, 22 de octubre de 2013

Reconocimiento dactilar



Desde hace unas semanas a los trabajadores del Ayuntamiento nos tienen más controlados que en la penitenciaría de Fox River. Nos han puesto un sistema para fichar en el curro a la entrada y a la salida, un dispositivo, parecido al de la foto, de esos donde poner la huella dactilar, modernidad tal solo un paso por debajo del reconocimiento de retina.

El informático me tomó la huella modelo, la grabó y al día siguiente la máquina no me la reconocía. Me sentía traumatizada pues me pasó varias veces, con la consiguiente repetición del proceso. Llegué a pensar que de noche había sido abducida por alguna entidad alienígena que se había apropiado de mi cuerpo y me había cambiado las huellas.

Tengo que armarme de paciencia pues, mientras que a veces me reconoce a la primera, la mayoría de ellas me toca intentarlo en múltiples ocasiones. Se me va a gastar el pulgar derecho, ya veréis.

Cada vez que oigo que la grabación me pide que trate de nuevo, arrancaría la  máquina de cuajo y la destrozaría en un arrebato de furia. Si me convierto al budismo en busca de paciencia y zen, ya sabéis por qué es.

6 comentarios:

Johnny dijo...

Estas cosas de la tecnología moderna a veces lo sacan a uno de control. Aqui solo una secundaria pública tiene ese sitema de huellas con maestros y alumnos. Los colegios particulares desde hace tiempo.

márian dijo...

Creo que podrías tener una conversación con el Alcalde para hacerle comprender que tus circunstancias particulares son más que suficientes como para no tener contigo ese control tan desmesurado.
O a ver si es posible que te den una tarjeta electrónica para marcar tu entrada y salida y no tener que pasar por el capricho de la maquinita de los cajones.

carolina dijo...

Me parece que Màrian tiene razón, Conchi. No hay ninguna norma sin su correspondiente excepción. La tecnología está para hacer las cosas más fáciles y eficientes, no para convertirse en una mosca cojonera. Cuando esto pasa, mejor dar un pasito atrás y volver a lo que funcionaba. Vamos a ver, ¿cuál es la razón de semajente control palicado en concreto a tu persona? ¿Controlar tu puntualidad? De sobra saben lo cumplidora que eres. ¿Velar por la seguridad del recinto? El único peligro que puede venir de ti es el que tú misma has apuntado: que te cargues la maquinita de marras.
Me impresiona lo que ha dicho Johnny respecto a los colegios públicos en México. ¿De verdad que allí funcionan con control de acceso automatizado? Me parece un poco exagerado.

Conchi dijo...

Ya sé que me queréis mucho, pero tampoco hay que ser más papistas que el papa. Por respeto a mis compañeros, siempre que pueda prefiero estar en igualdad de condiciones. Además, a muchos de ellos, según me cuentan, también les cuesta acertar con la máquina infernal. Para más inri, esta tarde ha funcionado a la primera.

Jesús dijo...

Pues a mí me parecen muy bien este tipo de controles, aunque paguemos justos por pecadores. Yo trabajo en el sector privado y los abusos de algunas personas son descarados. Nosotros tenemos flexibilidad a la hora de entrada y salida, pausa para el desyuno, una hora para comer, días de vacaciones, días de asuntos propios, permisos de diferentes tipos ante diferentes adversidades. Está la gente que cumple con la flexibilidad, con las pausas, recuperando los retrasos, fichando los períodos de vacaciones, permisos, etc. para que quede constancia de ello y está le gente que no ficha, que manipula los días de vacaciones, que llea tarde y se va antes ... es decir se escaquean y eso afecta negativamente a las demás personas, quienes tienen que trabajar más, prolongar su horario de trabajo, etc. No somos precisamente una sociedad que nos distingamos por nuestra "honradez", ya que el comportamiento de muchas personas no se rige por esta honradez. Por lo tanto, veo bien que se impongan estos controles, aunque paguen justos por pegadores. Si mi actitud es la correcta y cumplo con mis obligaciones no he de tener ningún problema en que se realice este control. De acuerdo que es un insulto a mi libertad y que una desconfianza sin motivo se extiende por parte de la empresa hacia mí. Pero al mismo tiempo, la persona que no cumple con su horario y se escaquea me está faltando al respeto. No puedo hacer nada por evitarlo, pero sí sus actividades quedan registradas, se sabrá la realidad. Me da pánico pensar que estoy defendiendo esta idea al más puro estilo Big Brother Orwelliano, pero mi sentimiento de víctima queda un poco más aliviado al saber que todos sufriremos el control, y se evitarán numerosas injusticias.

Mari Pau dijo...

En la escuela no hacen falta estas máquinas digitales de última generación, estamos los profesores de guardia de cada hora para apuntar al profesor y quedarnos con sus alumnos, aquí nadie se puede escaquear sin que nos enteremos porque los alumnos ruidosos ya se encargan por su jolgorio de avisarnos de que no hay profesor en su aula, aunque esté a la otra punta del pasillo.