domingo, 15 de junio de 2008
Aynur Dogan canta en Madrid
Aynur era todavía una niña cuando ya la música formaba parte de su vida. Era muy habitual crecer escuchando música y canciones, los grandes poemas y melodías del pasado, “que acaba siendo parte de ti misma” como declara la cantante turca. Fruto de este contacto constante con la música fue el reconocer las enormes oportunidades artísticas que existían en la mezcla de palabras, canto y música en las culturas de su país. Conviene recordar que esa cultura está profundamente arraigada en la zona de la que ella procede. En Turquía la cultura cambia de ciudad en ciudad, y la tradición musical kurda alevi (próxima a la doctrina chií), a la que Aynur pertenece, es muy diferente de la de Siria o Irán. En 1992 su familia se traslada a Estambul, al principio resultó difícil adaptarse a las costumbres tan diferentes de aquella gran ciudad. Comenzó a recibir clases de baglama, el laúd tradicional turco por excelencia. “En aquellos tiempos la música kurda tenía que luchar con toda clase de dificultades y tocarla podía ser muy duro, pero persistí y mantuve viva la tradición con la que había crecido a través del difícil acceso que tenía a las grandes músicas de su país, Turquía” Una de las influencias más importantes en esa primera etapa fue el guitarrista turco Erkan Ogur, músico innovador que se hizo famoso por inventar una guitarra sin trastes que permite la ejecución de las tonalidades sutiles y cambiantes de la música turca. Sus grabaciones han logrado mantener viva la tradición musical turca para las siguientes generaciones, y esa mezcla de lo antiguo y lo nuevo caracteriza también la música de Aynur. También ejercieron influencia en ella las músicas de Oriente Medio, Irán, España, Grecia y Latinoamérica, igual que la voz de cantantes como Tracy Chapman. Pero lo que más poderosamente ha marcado su estilo ha sido la gran tradición barda del este de Turquía, donde los trovadores iban de ciudad en ciudad cantando tanto sus propias composiciones como las venerables canciones transmitidas de generación en generación a través de los siglos. Aynur no cree que su música juegue un papel político: “Bueno, hay algún matiz político en la música kurda. Sin embargo, lo que más me interesa es que la música hable de amor, de la emoción, de la alegría y la amargura de la vida. A veces la manifestación de esas emociones que aparecen en mis canciones puede surgir de sucesos políticos, pero en general, no veo mis canciones como políticas. Creo también que esto refleja mi formación musical familiar.. Las canciones políticas son en realidad un fenómeno bastante reciente en la música kurda, mientras que los bardos del pasado hablaban de temas que me interesan. Hago música, no política.” Aynur ha publicado cuatro discos en Turquía y con ellos ha conseguido un gran éxito en su tierra cono elogios de la crítica internacional.
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