martes, 10 de junio de 2008

Esta es una noticia ya salió en prensa hace varios meses.

Increible , pero cierto
Aquella podría ser una mañana más como otra cualquiera: un sujeto entra
en una estación de Metro de Washington, va vestido con un pantalón
vaquero, una camiseta barata y se sitúa cerca de la entrada...
Extrae un violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para toda
la gente que pasa por allí, es la hora punta de la mañana. Durante los 45
minutos que estuvo tocando el violín, fue prácticamente ignorado por
todos los pasajeros del Metro.

Nadie sabía que ese músico era precisamente Joshua Bell, uno de los
mejores violinistas del mundo, ejecutando sin parar las piezas musicales
más consagradas de la historia, con un instrumento muy especial, un
violín Stradivarius, estimado en un valor de más de 3 millones de dólares. Unos
días antes, Bell había tocado en La Sinfónica de Boston, donde los
mejores lugares para el concierto costaban la bagatela de 1000 dólares la
entrada.

Esta experiencia que ha sido grabada en vídeo, muestra a hombres y
mujeres que caminan muy rápido, cada uno haciendo una cosa, pero todos
indiferentes...

Nota:

La iniciativa fue realizada por el Diario The Washington Post, con la
finalidad de lanzar un debate sobre el valor del arte, y de su contexto.

LA CONCLUSIÓN:
Estamos acostumbrados a dar valor a las cosas cuando están en un
determinado contexto. En este caso, Bell era una obra de arte en sí
mismo, pero fuera de contexto un artefacto de lujo sin la etiqueta de la marca.
La subjetividad del arte no deberia llegar a los extremos de ignorar la
belleza en si misma.


1 comentario:

Conchi dijo...

Tienes toda la razón, Mari Pau. Algo parecido pasa con muchas obras de "arte", más feas que pegarle a un padre, pero baste que alguien de supuesto prestigio las califique como obras maestras para que valgan millonadas. Pues tampoco es eso, señores.