jueves, 30 de octubre de 2008

Muerte en Cape Cod


Muchos de los relatos reunidos en este volumen están protagonizados por Alvirah y a Willy, un matrimonio compuesto por una señora de la limpieza y un fontanero ya jubilado a quienes les tocó la lotería. Un matrimonio ya entrado en años que, a tenor de lo que se desprende en las narración, se llevan a las mil maravillas. Desde entonces se dedican a viajar y , sobre todo Alvirah, la mujer, a desentrañar crímenes y enigmas, en fin robos, secuestros, asesinatos...

¿Os acordáis de aquella serie titulada Se ha escrito un crimen? Pues yo la recordé bastante mientras leía estos relatos, al estilo de Jessica Fletcher, la mujer más gafe que haya existido: allí donde iba, alguien la palmaba de forma violenta. Como para invitarla a tu casa.

Volviendo al libro, son apenas 40 páginas las que tiene cada relato y es la mayor desventaja que les encuentro. Todo se resuelve demasiado rápidamente, así que te quedas con ganas de más, porque cuando ya tienes formada la imagen en tu mente de cómo son los protagonistas: afables , con sentido del humor, inteligentes..., cuando ya te has situado en el paisaje, visualizando el entorno, vas atando cabos a tal velocidad que antes de que termines ya sabes quién ha sido el asesino, o cuando menos quién es el personaje que está metido en el asunto sea como autor o como cómplice.

De todos modos, me ha gustado porque son amenos y se leen con facilidad. Mary Higgins Clark no suele defraudar.

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