Sinopsis:
Ángeles Alarcón, una mujer que se gana la vida haciendo pequeños arreglos y remiendos entre sus vecinas, pasea una tarde de agosto por la Gran Vía de Madrid. Frente a ella, en la otra acera de la calle, le sorprende la maniobra de colocación de un gran cartel de cine que ocupa toda la fachada del edificio. Allí aparece el chico más guapo del mundo, Marcos Caballero, el protagonista de la película de moda, Los días más felices. A partir de ese momento la existencia de Ángeles dará un giro radical: desatiende sus labores, acude el día del estreno para ver a Marcos de cerca, comienza a recortar todas las fotos y reportajes que de él aparecen en las diferentes revistas —hasta llegar a coleccionar 450 imágenes—, le sigue a las fiestas, averigua su dirección y comienza a espiarle para entender su rutina diaria. Así hasta que consigue entrar a trabajar como asistenta en su casa. Ángeles dejará de ser un fantasma para convertirse en una mujer visible, y ese será el momento en que la vida de ambos se cruce por vez primera y en el que uno empiece a entenderse en el otro. Pero la vida de Ángeles esconde tantos secretos como los que todas las mujeres de su familia han tenido que guardar para ser felices...
No suelo practicar la sana costumbre de releer. Ya sabéis: demasiados libros y muy poco tiempo. Sin embargo, con este he hecho una excepción. Lo leí por vez primera hace meses cuando Màxim Huerta, su autor, me lo firmó en Alicante. Me impactó tanto su final que sentí necesaria una segunda lectura, una vez conocida semejante revelación. Pero no inmediata, sino con el reposo y la rumia del tiempo. Esta vez la he disfrutado mucho más si cabe, me ha emocionado embarcarme de nuevo en ese periplo agridulce, más del primer componente que del segundo, que supone explorar los límites del amor.
Aprecio el cuidado, el cariño y la dedicación que Màxim vierte en cada palabra. No, aunque lo parezca no es una perogrullada: no todas las personas conocidas que tuitean se preocupan tanto de la corrección gramatical, y no me refiero a futbolistas y gente del colorín a los que habría que dar de comer aparte, sobre todo sopa de letras.
En fin, en mi opinión, es la mejor de las tres novelas del autor, al que pienso seguir la pista literaria. Lástima que no así como profesional del periodismo porque su programa coincide con mi horario laboral.
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