domingo, 8 de junio de 2008

Décimo Festival de Cine Alemán en Madrid.

A finales del siglo pasado, concretamente el martes 28 de septiembre de 1999, arrancaba en el Cine Palafox de la calle Luchana el I Festival de Cine Alemán de Madrid, con la proyección de la película de Max Färberböck Aimée & Jaguar. Su propósito no era otro que dar a conocer entre el público español las más recientes producciones germanas. La respuesta del público madrileño, siempre abierto a todo tipo de propuestas innovadoras, fue espléndida desde el primer momento y, con el paso del tiempo, el certamen se ha consolidado como una de las grandes citas capitalinas anuales para los aficionados al Séptimo Arte. De hecho, al alcanzar este año su décima edición, se ha convertido en uno de los más veteranos de la ciudad.No se sabe muy bien por qué, pero todas las cifras de dos dígitos acabadas en cero son muy especiales. Cuando una persona cumple los 40, siente que se cierra un ciclo y hay que afrontar una etapa nueva en la vida. Del mismo modo, cuando un evento cultural llega a su décima edición, como es el caso, es la hora de volver la vista atrás y revisar el camino recorrido. Y hay que reconocer que el del Festival de Cine Alemán de Madrid ha sido largo y fructífero, como se puede comprobar en la retrospectiva de grandes éxitos: gracias a él hemos conocido a las nuevas generaciones de cineastas teutones, responsables del resurgir de una industria que durante muchos años estuvo adormecida. A día de hoy, la presencia de películas alemanas en la cartelera madrileña ha dejado de ser un hecho aislado y exótico de salas de arte y ensayo para convertirse en algo habitual. Y el público, además, responde.Pero no es bueno vivir del pasado, aunque nunca haya que olvidarlo. Lo importante es el presente, y siempre mirando hacia el futuro. Y el futuro del cine alemán, como el de todo el cine europeo, es la búsqueda de la universalidad, la ruptura de esas fronteras que tanto daño han hecho históricamente al Viejo Continente. Buena prueba de ello son las películas de esta décima edición, que se desarrollan en distintos lugares del mundo (desde la costa mediterránea hasta el Caribe, pasando por California, Nevada, Patagonia, Rumanía o Islandia) para demostrar que el cine es, sobre todo y ante todo, un arte no sólo transnacional sino universal.Y en los próximos 10 años, ¿qué pasará? En un mundo tan convulso como el que vivimos, que se mueve a tanta velocidad, es muy difícil de prever. Lo único seguro es que el Festival de Cine Alemán de Madrid estará ahí como testigo privilegiado para dar fe de ello.

4 comentarios:

Conchi dijo...

De las últimas películas alemanas que he visto, me encantaron “Los falsificadores”, de la que pensaba poner pronto una reseña, y sobre todo “La vida de otros”.

Unknown dijo...

Yo del cine aleman lo unico que conozco es la obra de rainer werner fasbinder.He visto todas sus peliculas y me encanta.Lastima que muriera tan joven.Del cine aleman actual no conozco nada y me gustaria.

Mari Pau dijo...

Yo no conozco el cine alemán pero me han aprobado primero en la escuela de idiomas y lo mío me ha costado.

Conchi dijo...

¡Enhorabuena, Mari Pau! ¡Puedes con todo!