miércoles, 4 de marzo de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres


Sinopsis:

Harriet Vanger desapareció hace 36 años durante un carnaval de verano en la isla sueca Hedeby, propiedad prácticamente exclusiva de la poderosa familia Vanger. A pesar del despliegue policial, no se encontró rastro de la muchacha de 16 años. ¿Se escapó? ¿Fue secuestrada? ¿Asesinada? Nadie lo sabe: el caso está cerrado, los detalles olvidados.
Pero hay quien sigue recordando a Harriet, su tío Henrik Vanger, un empresario retirado, ya en el final de su vida y que vive obsesionado con resolver el misterio antes de morir.
En las paredes de su estudio cuelgan 43 flores secas y enmarcadas. Las primeras 7 fueron regalos de su sobrina. Las otras llegaron puntualmente para su cumpleaños, de forma anónima, desde que Harriet desapareció.
Vanger contrata a Mikael Blomkvist, periodista de investigación y alma de la revista Millennium, una publicación dedicada a sacar a la luz los trapos sucios del mundo de la política y las finanzas. Mikael no está pasando un buen momento: está vigilado y encausado por una querella por difamación y calumnia. Detrás de la querella está un gran grupo industrial que amenaza con derrumbar su carrera y destruir su reputación. Así que acepta el extraño encargo de Vanger de retomar la investigación de la desaparición de su sobrina e intentar tirar de algún cabo suelto.
Un trabajo complicado para el que recibe el regalo inesperado de la ayuda de Lisbeth Salander, una investigadora privada nada usual, incontrolable, socialmente inadaptada, tatuada y llena de piercings, y con extraordinarias e insólitas cualidades como su memoria fotográfica y su destreza informática.
Así empieza una novela que es la crónica de la guerra interna de una familia, un fresco fascinante del crimen y del castigo, de perversiones sexuales, de trampas financieras, un entramado violento y amenazante entre el que sin embargo crece una tierna y frágil historia de amor. Una historia de amor entre la que será la pareja más memorable de la literatura criminal.

Me ha enganchado esta novela. Larsson aprovecha para deslizar una crítica rabiosa al modo en que la sociedad sueca, aparentemente ordenada y tolerante, trata a aquellos que no parecen encajar en sus normas. Esa feroz crítica social parece ser el tema fundamental del libro, por encima incluso del misterio que indudablemente intrigará a sus lectores. Un ataque contra la violencia que sufren las mujeres (muy extendida en Suecia, al parecer), contra la doble moral, contra los abusos de poder de cualquier tipo (empresariales, familiares, etc.) y contra aquellos que pretenden ocultar esa realidad, aunque Mikael tenga que pasar por un amargo dilema en este sentido.


Este es sin duda el principal punto que aleja a esta novela de ser un simple producto de entretenimiento. Sus casi 700 páginas y las historias que entrelazan están perfectamente engarzadas en un prodigio estructural donde ninguna pieza sobra. A ello hay que sumar la concienzuda documentación que ha realizado el autor en torno a los temas y cuestiones que trata en su obra. Todo esto configura una obra que se nos hace corta a pesar de su extensión, y no comparto la opinión de quienes dicen que las descripciones muy gráficas de ciertos crímenes o prácticas sexuales sea una llamada al morbo fácil para captar la atención de los lectores menos exigentes. No son descripciones gratuitas en absoluto. Lo que no sé es cómo habrán tratado tales escenas en la película que acaba de estrenarse en Escandinavia. Lo más probable es que, si triunfa, Hollywood haga un remake, ya veréis.


Ya espero con ansia que en la biblioteca de Agost adquieran la segunda entrega, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Lástima que su autor muriera al poco de concluir la tercera. Su enorme talento literario podría habernos dejado grandes obras en el futuro.

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