Mi notebook

No hace mucho os contaba que tenía el ordenador pequeño, el que uso como libro electrónico, fuera de servicio. De repente, una noche no me arrancaba, y eso que había estado funcionando de perlas todo el día. Si ya da rabia que me dejen a medias, imaginaos si se trata de Christian y Gabriel.

Enseñé el notebook bloqueado a Carla, la mujer de mi sobrino, que entiende de ordenadores. Como no daba con la pega, se metió en la web oficial y me dijo algo así que, según las indicaciones de Airis, había que grabar en una tarjeta SD la última actualización de Android para mi cacharrito. Una vez con la copia,  debía meterla en el ordenador y encenderlo hasta que me apareciera el mensaje del boot, para a partir de ahí seguir las indicaciones de reinstalación habituales. Si me lo hubiese escrito en arameo, creo que habría entendido lo mismo, de modo que preferí que me lo hiciese ella, aunque para ello hube de esperar a que volviese de sus vacaciones.

¡Muchísimas gracias, Carla, por el enorme favor que me has hecho!

Por fin lo tengo en casa, funcionando como una seda, así que parte de la noche la dedico a seguir y pronto concluir las peripecias de Christian y Gabriel, entre muchas otras opciones literarias que he ido bajando y que Mari Pau me ha ido suministrando. Por cierto, querida amiga, ya he convertido a pdf el libro del que hablamos.