miércoles, 6 de noviembre de 2013

Patrimonio parroquial



El sábado fui a la misa de los Fieles Difuntos. A su término, el cura párroco nos dio una buena noticia para el patrimonio histórico-cultural local: han aparecido diez libros del Archivo Parroquial (Racionales y Claúsulas, Libros de Fábrica, Luminarias, Libro de Visita Pastorales y algunos legajos de Fábrica) de cuya existencia y sustracción no se tenía conocimiento.

Los libros han aparecido en Villajoyosa. Al parecer, se hallaban en “posesión” de una familia desde hacía generaciones. Como no se pueden vender legalmente pues figura que pertenecen a la Parroquia de San Pedro Apóstol de Agost, o quizá por mala conciencia, quién sabe,  la familia se los mostró al bibliotecario de Villajoyosa. Se han entregado de forma anónima al Obispado y el Obispado a la Parroquia. Los libros datan desde 157(0)-1571 -siendo éste el que sitúa como más antiguo de la Parroquia en la actualidad- hasta 1891. Sin duda un hallazgo que enriquece notablemente el Patrimonio Religioso, Espiritual y Cultural de la Parroquia de San Pedro Apóstol del Agost. Los libros estuvieron expuestos el fin de semana en la sacristía, que me resulta inaccesible, pero vi las fotos en el Facebook, que son las que ilustran esta entrada.



5 comentarios:

márian dijo...

No dudo que es un importante hallazgo, sobre todo para los agostenses o agosteros o como quiera que sea el gentilicio vuestro, pero me pregunto donde estaba el monje calígrafo, porque vaya telita que tiene la escritura de los legajos. Así que no creo que te haya impedido descibrarlo el hecho de que te haya resultado inaccesible.

Conchi dijo...

Yo tampoco estudié paleografía, Márian, y me admira la gente que sabe descifrar la caligrafía de antaño.

márian dijo...

Sin duda es meritorio.

Johnny dijo...

Me encanta todo eso. Bien por la recuperación.

carolina dijo...

Mmmm, sólo de ver esos legajos se me ponen los dientes largos. Es un hallazgo fantástico, ya que los libros parroquiales aportan muchísima información sobre un lugar en una época dada. Otra cosa es el asunto de la letra. La cursiva notarial de los siglos XVI y XVII... tela, telita. Como no tengas el ojo muy hecho a ella, te puedes volver tarumba. Prefiero mil veces la minúscula carolina que se utilizó en la Edad Media. Vamos, que no hay color. ;)