El sábado 14 fui al Teatro Principal de Alicante a disfrutar de la representación de Jesucristo Superstar. En alguna ocasión os he hablado de mi amor por los musicales, así que no podía perderme éste, quizá el primer musical moderno de la historia, la ópera rock de Andrew Lloyd Webber que marcó un antes y un después en el género. Aunque los intérpretes me resultaban desconocidos, se trataba de un elenco joven y talentoso que dominaba el cante, el baile y la interpretación.
Lo que no me acabó de convencer fue que las letras de las canciones eran diferentes a la versión de Camilo Sesto realizó en los años 70 que era la que yo conocía. Aparte de los temas musicales, más o menos populares, lo cierto es que el argumento de la obra es archiconocido incluso para los no católicos. Aquí se moderniza en el vestuario donde se permiten ciertas licencias para acercarlo a nuestra época. Así, los apóstoles (mitad hombres, mitad mujeres) visten con vaqueros y ropa juvenil; los soldados romanos llevan monos militares de camuflaje caqui y boinas rojas; a Jesús lo asedian reporteros y cámaras de tv; a Judas le pagan con un maletín… Por el contrario, donde se mantiene el realismo es en la pasión: los latigazos producen marcas rojizas y sangre en el cuerpo de Jesús, en un efecto muy conseguido que estremece, por no hablar del final con Jesús en la cruz que se va elevando, no sé cómo puede aguantarlo Gerónimo Rauch, el actor principal, un artistazo y además guapísimo.
2 comentarios:
Conchi, y el musical "Fiebre del sábado noche" es que a mi no me importaría ir a los Madriles, pero me gustaría tener referencias.
Sintiéndolo mucho, Ana, no tengo referencias directas, pero me imagino que estará bien.
En noviembre viene a Alicante Mamma Mía y espero no perdérmelo.
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