jueves, 21 de mayo de 2009

Día Mundial de la Diversidad Cultural


Tras la adopción de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural en 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de mayo "Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo".


El día ofrece una oportunidad de profundizar nuestras reflexiones sobre los valores de la diversidad cultural para aprender a "vivir mejor" juntos. Es la razón por la que la UNESCO apela a los Estados Miembros y a la sociedad civil para celebrar este día asociando al mayor número de actores y colaboradores.




1 comentario:

carolina dijo...

Me parece muy bien el asunto de la diversidad cultural. Es enriquecedora, una fuente de inspiración para quienes deseen tener otra perspectiva desde la que mirar el mundo aparte de la que les ofrece su propia cultura. Pero me temo que voy a ser un poco etnocentrista: no todas las culturas son igual de valiosas. La occidental, por ejemplo, tiene el inconveniente de causar una profunda escisión entre el hombre y la naturaleza, así como dentro del hombre mismo, entre su cuerpo y su mente, entre la razón y lo irracional. Otras culturas, en cambio, proporcionan una visión mucho más armónica de la relación del hombre con lo que le rodea y permiten que se alcance una mayor armonía interior. Ahora bien, por lo general, el precio de esa armonía es un fatalismo, un abandono ante los obstáculos que nos pone el medio natural que conduce hacia un cierto inmovilismo. Sí, nos dejan el asombro y la humildad ante lo que se nos presenta como misterios de la Naturaleza, pero ¿cómo se puede traducir esa actitud en un desarrollo intelectual que nos permita innovar en nuestras respuestas al medio natural? La clave sería alcanzar una especie de equilibrio dinámico: el respeto ante lo natural y lo sobrenatural sin que por ello dejemos de analizar, de escrutar y de aplicar los conocimientos que obtengamos para nuestro bienestar y la salud de nuestro planeta.
Estaría bien pararse a pensar, a respirar, a contemplar. Y luego, cuando sepamos con claridad en qué dirección queremos avanzar, seguir por ese camino de manera decidida y alerta.
Qué bueno sería poder combinar un poco de la racionalidad del norte, de la vitalidad del sur, del sensato materialismo del Oeste y de la espiritualidad del Este. Claro que el resultado de esta mezcla, realizada masivamente, sería el fin de la diversidad cultural. Bueno, ¿y qué? se supone que estamos en la Tierra para evolucionar hacia algo que realmente se parezca a la Humanidad, y para mí, las distintas culturas son como piezas de un puzzle. El ensamblaje final aún deja ver dónde acaba una pieza y termina otra, pero lo más importante es el dibujo que entre todas se construye.