Cuando comenté la excursión a Altea, mencioné la
vez que estuve allí en la primera visita de nuestro amigo José Ángel. Ni
siquiera recordaba el año. Ahora puedo decir la fecha exacta: 7 de diciembre de 1997. ¿Que
cómo lo sé con certeza? Consultando mi diario de la época. Os copio lo que
entonces escribí:
El sábado por
la tarde llegó, desafiando al frío, la nieve y los atascos de tráfico, mi amigo
José Ángel procedente de Zamora. Ese día nos quedamos en Agost, le enseñé el
pueblo y charlamos y charlamos hasta las tantas.
El domingo fuimos en su coche,
acompañados de mi amiga Mari Pau, a Benidorm donde nos esperaba mi amiga Ana
que vive allí. Lucía un sol espléndido. Bastantes personas en bañador tomando
el sol en la playa e incluso unos cuantos guiris locos se estaban bañando.
Paseando a lo largo del paseo marítimo debía de estar concentrada la mitad de
la tercera edad de España. Subimos a un mirador desde donde se divisa una vista
muy bonita de las playas.
Tras descansar tomando algo, nos encaminamos a Altea
que está a pocos kilómetros. Es un pueblo precioso, muy bien cuidado, sin la
masificación ni la horterización de Benidorm. Comimos en el casco antiguo,
junto a la iglesia que sirve de símbolo al pueblo. A media tarde llegamos a
Alicante. Obligado paseo por la Explanada, con el aliciente añadido de la más
deliciosa tarta de chocolate que jamás haya comido en la Chocolatería Valor,
copa en el Puerto y de vuelta a Agost. Por supuesto, mi madre medio histérica
de nuestra tardanza. ¿Cuándo se acostumbrará?
El lunes por la mañana José Ángel
pasó por casa para felicitarme por mi santo y a continuación se marchó, no sin
antes asegurarme que se lo había pasado de maravilla.
1 comentario:
Guardo un muy bonito recuerdo de aquellos días que pasé en vuestra compañía.
Muchos besos para todas.
😙😙😙
Publicar un comentario