domingo, 12 de agosto de 2018

Altea



El domingo pasado incumplí mi determinación de no exponerme a las temperaturas tan salvajes, sobre todo tras los percances vividos por los compañeros en el viaje a Pamplona. El caso es que las Amas de Casa tenían programada desde hace semanas una excursión a Altea y Benidorm para el 5 de agosto. Lógico que se espere calor en semejante fecha, pero no había manera de prever que caería en plena ola de calor. Valiente (o inconsciente) de mí, allí que me fui, con mi hermana, unas cuantas Guapetonas con sus cónyuges y demás paisanos. Cosa rara, el autobús no iba lleno, lo que indica la sensatez de los ausentes.


Tuvimos suerte de tener un guía local, Joan, la mar de simpático y preocupado por que todo saliera bien. Me advirtió que el casco viejo de Altea resultaba impracticable para mí por la profusión de escaleras. Hubo gente que ni se molestó en acompañarlo y se quedó en la terraza de un bar.


Mi hermana y yo optamos por entrar en la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo y aprovechamos para oír misa. 



Me acordé de la primera vista de José Ángel cuando alucinaba porque a principios de diciembre estábamos comiendo al aire libre en aquella misma plaza.



3 comentarios:

José Ángel dijo...

Y no recuerdo que hiciéramos foto para el recuerdo; cachis...

José Ángel dijo...

Pues resulta que si hay foto.
Y la he encontrado.
Pero no puedo adjuntarla.
:(

Conchi dijo...

Ponla en una entrada aparte, con tus recuerdos del día.