El miércoles 25 de julio, tras comer deliciosa y
abundantemente en un restaurante de Laguardia, nos dispusimos a visitar esta
localidad de La Rioja Alavesa. A las 5 de la tarde vimos en el reloj de la
Plaza Mayor cómo se asoman tres personas vestidos con el traje típico de la
zona y bailan lo que me pareció un aurresku.
Paseamos por la localidad, buscando las callejuelas con más sombra para evitar el calor que nos afectaba, mientras se hacía la hora de entrar en la Iglesia de Santa María de los Reyes y admirar su pórtico. La entrada costó 3 euros, los únicos que tuvimos que desembolsar en todo el viaje. Valió la pena ver el audiovisual que nos explicó las características, un espectáculo de luces, El Pórtico de la luz, que se proyecta sobre el propio pórtico y una didáctica explicación sobre el templo.
El sofocante calor provocó que uno de los compañeros de viaje sufriera un desmayo. La pronta y eficaz atención de los monitores evitó que el problema fuera a más y todo quedó en un susto pasajero.
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