Una amenaza terrorista inminente
complicará mucho las cosas para Ethan Hunt, este espía del IMF que vuelve acompañado
de su equipo de confianza. Junto a Benji y Luther veremos también a una Ilsa con el corazón dividido y a una Julia de nuevo en peligro.
La ética de Hunt y las decisiones que tomó en el pasado serán la base de un
conflicto que viene rodeado de la mejor acción.
El viernes fuimos a un centro comercial para comer e ir al cine. Vimos Misión imposible: Fallout, que nunca nos hemos perdido una entrega
de la franquicia. Como tal, no pueden faltar las características que la
definen: retos que superan la verosimilitud, máscaras suplantadoras, escenarios
cosmopolitas, poderosas organizaciones en la sombra que pretenden destruir el
orden establecido y, por ende, malos malísimos a los que se enfrentan Ethan
Hunt y su equipo corriendo peligros a los que ningún otro ser humano podría
sobrevivir. Días antes, repasamos la anterior, Misión imposible: nación secreta, lo que nos vino de perlas porque entronca el final de una con el
principio de la otra.
Pese a que no comulgo con la vida personal de Tom Cruise,
admiro su entrega laboral y sus productos me ofrecen cierta garantía, aunque
tampoco es infalible. A su aún atractiva presencia dados sus 56 años, se suma
ese dios, no griego sino británico, llamado Henry Cavill. Es que no se puede
ser más guapo (y eso que el bigote no ayuda) ni más macizo. Aunque en altura le
salva por lo menos la cabeza a Tom Cruise, curiosamente cuando comparten plano
la cámara se coloca de tal manera que la diferencia no se nota.
En fin, que un
entrenamiento de pura acción con toques de comedia durante más de dos horas. ¡Y
la icónica sintonía de Lalo Schifrin! Quien busque novedades no las encontrará
aquí, pero yo me apunto ahora mismo si hay una séptima película.
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