En Sigo como Dios, Evan Baxter descubre ser el siguiente elegido de Dios para llevar a cabo una misión sagrada. Evan, que acaba de ser elegido al Congreso, deja la ciudad de Búfalo y se traslada con su familia a Virginia del Norte. Una vez allí, su vida da un vuelco cuando se le aparece Dios y le ordena que construya un arca. Su aturdida esposa y sus no menos sorprendidos hijos no acaban de decidir si Evan está pasando por una desproporcionada crisis de los cuarenta o si de verdad hay algo bíblico en todo esto.
Es una comedia tontuela con trasfondo ecologista, cosa rara en los estadounidenses, en contra del expansionismo inmobiliario que destruye el medio ambiente. Destacan los efectos especiales creados por ordenador para dar vida a los animales de dos en dos u-á, u-á.
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