Todos los años el 31 de agosto se celebra en Agost una fiesta de barrio en honor a Sant Ramon. Es una fiesta sencilla, se trata de pintar las dos calles con temas que van variando. Este año se ha dedicado a la época medival y se han pintado damas, guerreros , escudos...; se han hecho castillos medievales de cartón, etc... con sus respectivos estándartes y banderitas. Después, durante estos dos o tres días, la gente se reune para cenar en la calle. Cada cual, a la puerta de su casa, saca mesa, sillas y mantel y a comerrr... Todo ello se ameniza con una orquesta al final de las dos calles, en un altozano, donde todos los años nos quedamos un poco tiesos de frío, porque corre una brisa traicionera.
Y todos los años nos hemos reunido un grupo de lindas florecillas amigas todas (ahora se han añadido elementos masculinos que no desvirtuan el conjunto porque las chicas nos ponemos todas juntas) en este barrio porque dos somos de allí. Durante el año las cinco amigas nos vemos más o menos pero esta cita de Sant Ramon es fija y especial porque cenamos en una calle acogedora y llena de ambiente, con otras muchas mesas de vecinos. Y mientras pasa gente a ver la orquesta y a Sant Ramon. Y nosotras, las amigas, aprovechamos la noche para reírnos de nosotras mismas, nos damos consejos, criticamos a quien se lo merece y alabamos a los sensatos. En fin, viva la amistad.
martes, 4 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¡Que viva!
Te me has adelantado. Éste es el comentario que tenía preparado:
Las fiestas que cierran la temporada estival en Agost son las del barrio de San Ramón. Este año los vecinos de las calles principales que lo componen se esmeraron en la decoración. Tuvieron la paciencia de pintar el
suelo de las dos calles que lo componen con motivos medievales, un tanto sui generis, eso sí, desde
juglares hasta princesas pasando por dragones. Además confeccionaron, entre otros adornos, castillos de cartón y pendones de fieltro y los colocaron en las aceras para que el parecido fuese más evidente. Junto a los actos típicos como ofrenda de flores al santo,
desfile de disfraces, misa en el lugar donde antaño se hallaba su ermita ahora destruida y la procesión donde destacan las embarazadas (no en vano San Ramón Nonato es su patrón y a él se encomiendan para que no haya
problemas a la hora del parto), cuando más gente hay es a la noche, coincidiendo con la verbena amenizada por alguna orquesta rozando lo cutre. Como el barrio
está cortado al tráfico, los vecinos salen a cenar a la calle. Entre ellos está una buena amiga que allí nos tiene gorreando todos los años. La excusa perfecta para reunirnos y pasar un buen rato.
Publicar un comentario