Sinopsis:
"¿Estás libre esta noche?" Una pregunta bastante sencilla, pero la manera en la que un hombre responde a ella puede cambiarle la vida para siempre. Jonathan McQuarry es ese hombre. Un auditor anónimo perdido en el mar de la élite poderosa de la ciudad de Nueva York donde todo es "trabajar, trabajar y cero diversión". Para él es más bien como: "trabajar, trabajar y cero vivir."
Sin embargo, un encuentro fortuito con Wyatt Bose, un abogado corporativo de gran carisma, le presenta a Jonathan una ciudad de Nueva York que sólo existe para los privilegiados: un rincón de juegos decadente para directivos de clase alta de Manhattan. En el mundo de Wyatt los hombres llevan trajes de cuatro mil dólares y, cuando se aflojan el nudo de la corbata, frecuentan discotecas alternativas muy calientes, donde las mujeres son muy guapas y siempre están disponibles. ¿Y qué hay para los agentes de bolsa que trabajan dieciocho horas al día y que no tienen tiempo para una vida personal? Para ellos está: "La Lista", algo así como un club de sexo donde con el número de móvil adecuado y cuatro palabras sencillas ("¿Estás libre esta noche?") pueden obtener una noche de placer sexual.
Es un mundo de "intimidad sin complejidad", como explica la primera conquista de Jonathan (o viceversa), y a través de él, Jonathan descubre un lado de su personalidad que él mismo no sabía que existía. Sin embargo, un affaire con una bellísima y misteriosa extranjera que Jonathan conoce sólo por la inicial de su primer nombre: "S.," le mostrará otro mundo que él nunca imaginó: el de las trampas y los asesinatos.
La lista es un thriller de suspense psicológico que nos descubre los ambientes sórdidos en los que se mueven ciertos ejecutivos con ganas de diversión sexual. Pese a las críticas poco halagüeñas que al respecto había leído, preferí formarme una opinión por mí misma, más que nada atraída –a qué negarlo- por la presencia de Hugh Jackman que aquí borda su mefistofélico papel. Qué clase, qué presencia, qué atractivo destila el tío, lo único destacable de la película. La pena es que sale menos que el sosainas de Ewan Mc Gregor, muy poco creíble como apocado contable de vida gris.
El guión es tan plano como previsible, pero, a trancas y barrancas, entretiene al menos. Hasta que llega el final y es entonces donde el precario equilibrio del moribundo thriller termina de palmar en un escenario de romanticismo trágico a tres bandas ciertamente risible. En los últimos veinte minutos, con Madrid como telón de fondo, La lista se cae de bruces con todo el equipo. Ni el thriller, ni el romance, ni la intriga ni el glamour de sus protagonistas tienen ya donde esconderse. A esas alturas el guionista ha perdido definitivamente el juicio y la chaveta. Vale que el público demande un final feliz, pero, por favor, con algo más de coherencia y menos ridículo.
En resumen, sólo vale la pena por la presencia de Hugh Jackman que, faltaría plus, no olvida a sus fans y nos regala un plano de su desnudo torso. Dios lo bendiga.
1 comentario:
Es una lástima que un punto de partida tan prometedor devenga un desastre tan mayúsculo como el que describes.
Para mí la idea principal es que, en el corazón de la mayor acumulación de riqueza del mundo, la gente, sencillamente, no tiene tiempo para vivir.
Qué triste.
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