martes, 15 de septiembre de 2009

Sakamura, Corrales y los muertos rientes


Sinopsis:
Sakamura, un japonés de la Brigada de Investigaciones Especiales. El inspector Corrales, el guardia civil más incorrecto e inolvidable que haya conocido la literatura. Y la perturbadora Agente 69... En un laberinto de misterios y disparates en los que se mezcla la pesquisa crimina con el carnaval político... Una novela absolutamente delirante, en la línea de Lo mejor que le puede pasar a un cruasán.
La pareja de investigadores más desternillante de la literatura. tres extranjeros muertos en la costa Brava; los tres con una sonrisa en la boca, los tres colorados como cangrejos... La cosa parece estar clara para el cabo de la Guardia Civil Rafael Corrales: tiene que haber sido cosas de medusas, cuyo veneno no afecta al producto nacional. Pero el maestro Zen e inspector Sakamura, enviado por la Interpol, prefiere cuidadosamente antes de pronunciarse sobre el asunto. Corrale conoce el terreno y la idiosincrasia del paisanaje; Sakamura utiliza talentos que provienen de una cultura milenaria, y los dos conforman una pareja de investigadores más desternillante de la literatura. Pero la entrada de Sakamura en el caso parece que pone nerviosos a los estamentos más importantes del país: el President intenta desentrañar qué sabe el Presidente de esto, y el Lenhendakari no quiere ser menos, al tiempo que una célula de los Innombrables desembarca en Cataluña con intenciones ocultas. Lo que no tiene nada de oculto son los atributos de la agente 69, y en ellos confía planamente el President para que Sakamura baje la guardia, pierda su concentración zen, y deje de acercarse peligrosamente a la máquina del Reconector Neuronal.
Una mirada irónica pero nada displicente a la España actual y a sus protagonistas, totalmente absorbente, Tusset despliega un talento magistral en los diálogos, en la caracterización de los personajes, que nos llegan con voluntad de dar mucha guerra.

Lo mejor de esta novela es que, en su periplo para descubrir el motivo de las extrañas muertes, ambos investigadores se topan con todo tipo de personajes actuales aunque maquillados con otros nombres, situaciones absurdas pero extraídas de la realidad actual y candente de nuestro país, tópicos sobre las diferentes idiosincrasias de las regiones españolas, etc… enfrentándose a los manejos de la clase política, de la monarquía, de la Iglesia, de las fuerzas de seguridad, etc… Vamos, que Pablo Tuset no deja títere con cabeza en esta novela negro-humorística que le permite realizar un fresco de una sociedad, como la española, que no es muy dada a reírse de ella misma.
En la parte negativa, la misma gracia que acabo de comentar se agota por repetitiva a los pocos capítulos. Tampoco ayuda lo chabacano de cierto humor y el trazo grueso de los dos protagonistas, trasuntos de Torrente y el señor Miyagi de Karate Kid.
En suma, sólo recomendable para reírse un rato, es un libro entretenido con toques de humor buenos, pero en mi opinión no llega a la altura de Lo mejor que le puede pasar a un cruasán, obra prima de Tusset.

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