lunes, 9 de julio de 2012

El Códice del vicio



Sin duda os habréis enterado de que han encontrado el Códice Calixtino, que fue robado hace un par de años de la Catedral de Santiago de Compostela, pese a las (ejem) espectaculares medidas de seguridad que le protegían. O sea, una vitrina con la llave puesta, o algo así. Por lo tanto, se despeja la infundada sospecha que corría por ahí de que Estíbaliz y yo, que andábamos por esos pagos en el momento del latrocinio, teníamos algo que ver. Al final fue el electricista de la catedral, parece que por despecho y desavenencias con el deán. Si es cierto lo del montón de euros que se han encontrado en su casa, fruto de la venta de algún que otro objeto sustraído de la catedral, no cabe duda de que ha sido un resentimiento muy rentable para el señor electricista. No censuro al presunto expoliador de bienes eclesiásticos porque haya dado un palo a la Iglesia. Hasta que robaron el famoso códice nadie dijo esta boca es mía sobre las misteriosas desapariciones de objetos litúrgicos, sospecho que porque no se debieron de dar mucha cuenta (nada como tener patrimonio artístico a mansalva para no echar de menos un par de incunables o media docena de cálices de plata). Lo que le reprocho, como licenciada, aunque no entendida, en Historia Medieval y como bibliotecaria es el descuido, la poca profesionalidad, la cutrez en suma con que tenía el valiosísimo libro en su garaje, metido en varias bolsas de plástico junto a materiales de construcción varios. Eso es intolerable, aunque paradigmático de nuestra eterna chapuza nacional. Ya veis: todo el mundo haciéndose cábalas sobre qué grupo de ladrones de guante blanco, eficaces y con clase – tipo “Ocean’s eleven” – había perpetrado la operación y resulta que nos las teníamos con el malvado Carabel, que entre ñapa y ñapa colaba un birle. Vergüenza me da

3 comentarios:

Johnny dijo...

Generalmente sucede eso, el ladrón está en casa. Lo que me pone a pensar que la ocasión hace al ladrón, si le pones las cosas a la mano, él se aprovechará. Aquí no sabríamos quién tiene mas culpa.

Conchi dijo...

Comparto tu vergüenza, Carolina: somos cutres hasta para robar. Así nos va.

Mari Pau dijo...

Desde luego que yo debería perder la capacidad de asombrarme por lo que pasa en España pero es que este hombre ha estado robando el cepillo y obras de arte de la iglesia durante muchos años, ha acumulado en su casa 600000 euros... y nadie de los curas de la catedral se ha dado cuenta hasta que ha robado el códice!!!!!!!