Sinopsis:
Serie que narra los esfuerzos de Estados Unidos, a través principalmente de la DEA y las autoridades y policía de Colombia, para luchar en la década de los 80 contra el narcotraficante Pablo Escobar y el cartel de Medellín, una de las organizaciones criminales más ricas y despiadadas en la historia de la delincuencia moderna.
Hace unas semanas Andreu Buenafuente entrevistó en su programa Late Motiv al hijo de Pablo Escobar, que ha escrito un libro sobre su padre, el desgraciadamente famoso narcotraficante. Al referirse a la serie que nos ocupa, manifestó su desacuerdo: los productores ni siquiera accedieron a utilizar su material privado porque alegaban que ya tenían programada la historia que querían contar.
Me picó la curiosidad y comencé a ver la serie. Admito que pronto me enganché, sobre todo en la primera temporada. Curiosidades de la memoria, me venía a la mente la serie de Corrupción en Miami. Era fascinante ver cómo Escobar evolucionaba de un vulgar contrabandista a uno de los hombres más ricos, poderosos y sanguinarios del mundo. Aunque él no se consideraba rico sino "pobre con dinero". Brutal la creación de Walter Moura y esa mirada previa a un estallido de ira. Más atractivos son los dos agentes de la DEA: Pedro Pascal (no es guapo pero tiene su punto) y Boyd Holbrook, al que odié en Logan. Tampoco está nada mal el argentino Alberto Ammann.
Lo que me convenció fue que se mantuviera el idioma de cada personaje, porque resulta ridículo que en la mayoría de las series todo el mundo, sin importar su procedencia, habla inglés. La vi en versión original subtitulada y había veces que habría deseado que los diálogos en español llevasen subtítulos también pues muchos me costaban entender, con tal despliegue de insultos y palabrotas.
Espero que la próxima temporada, centrada en el cártel de Cali, supongo, esté a la altura, que saldrán Miguel Ángel Silvestre y Javier Cámara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario