Sinopsis
“Black Panther" cuenta la historia de T'Challa quien, después de los acontecimientos de "Capitán América: Civil War", vuelve a casa, a la nación de Wakanda, aislada y muy avanzada tecnológicamente, para ser proclamado Rey. Pero la reaparición de un viejo enemigo pone a prueba el temple de T'Challa como Rey y Black Panther ya que se ve arrastrado a un conflicto que pone en peligro todo el destino de Wakanda y del mundo.
Para acercarme a la figura de Black Panther, volví a ver Capitán América: Civil War, que es donde se presenta el personaje en el Universo Cinemático de Marvel. Revisar a los Vengadores que aquí aparecen me hizo echarlos de menos en la que nos ocupa.
Uno de los méritos de esta película reside en que se desmarca de las típicas de superhéroes, ya que no se nos cuenta el origen y los primeros conflictos del personaje. Entramos de lleno en el colorido país de Wakanda, que conjuga belleza natural con tecnología avanzada. No es tan ideal como pueda parecer porque también tienen sus juegos de tronos, con tintes casi shakespearianos. El aspirante al título de Pantera Negra es uno de los mejores villanos del universo Marvel, por real, por no estar creado por ordenador. Aparte de eso, hay que reconocer que no está nada mal el actor que lo encarna, Michael B. Jordan.
Acorde a los tiempos, las chicas son guerreras, y nunca mejor dicho. Las amazonas de Wonder Woman poco tienen que hacer frente a las Dora Milaje
Junto a la juventud, la presencia de actores veteranos como Angela Basset y Forest Whitaker, que me recuerda a Rafiki, de El rey león. Por cierto, ambas películas quizás representen el mejor acto de amor a África. Esta, a ritmo de batucada.
No hay que desdeñar el mensaje que el rey T'Challa lanza ante las Naciones Unidas: “los sabios construyen puentes, mientras los necios construyen muros”. A buen entendedor... Y otra proclama antirracista como: "Entiérrame en el océano con mis ancestros, que saltaron de los barcos porque sabían que la muerte era mejor que la sumisión", pone los pelos de punta.
En el sector blanco, uno malo y otro bueno. El primero, el histriónico Andy Serkis, al que comimos en Vengadores: la era de Ultrón. El bueno de Martin Freeman da el contrapunto con su aspecto de medio alelado pero cumplidor, que ya tiene guasa que sea un inglés quien salve la imagen de los estadounidenses blancos.
Como buenos marvelitas, aguantamos la interminable retahíla de créditos para ver la secuencia final. Dado que no me aportó mucho, la voy a espoilear, no sigáis leyendo si no queréis saber: sale Bucky Barnes, curado por la herramienta de Black Panther, vivito y coleando, y, lo más asombroso, ¡con el pelo limpio!
Ahora, a esperar Vengadores: Infinity War.
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