Sinopsis:
Robert Langdon, profesor de simbología e iconografía religiosa de la universidad de Harvard, acude al Museo Guggenheim Bilbao para asistir a un trascendental anuncio que «cambiará la faz de la ciencia para siempre». El anfitrión de la velada es Edmond Kirsch, un joven multimillonario cuyos visionarios inventos tecnológicos y audaces predicciones lo han convertido en una figura de renombre mundial. Kirsch, uno de los alumnos más brillantes de Langdon años atrás, se dispone a revelar un extraordinario descubrimiento que dará respuesta a las dos preguntas que han obsesionado a la humanidad desde el principio de los tiempos.
¿DE DÓNDE VENIMOS? ¿ADÓNDE VAMOS?
Al poco tiempo de comenzar la presentación, meticulosamente orquestada por Edmond Kirsch y la directora del museo Ambra Vidal, estalla el caos para asombro de cientos de invitados y millones de espectadores en todo el mundo. Ante la inminente amenaza de que el valioso hallazgo se pierda para siempre, Langdon y Ambra deben huir desesperadamente a Barcelona e iniciar una carrera contrarreloj para localizar la críptica contraseña que les dará acceso al revolucionario secreto de Kirsch.
Si últimamente no he puesto ninguna reseña literaria es porque los dos libros cuya lectura iba compaginando eran bastante voluminosos. He terminado este, del otro aún me faltan unas doscientas páginas.
Confieso que he disfrutado de las anteriores novelas de Dan Brown protagonizadas por Robert Langdon (a pesar de que me remita al careto de Tom Hanks, grave error de casting, a mi juicio). Teniéndolas en mi biblioteca personal, quería esta también y en ella invertí los 20 € de la devolución de un décimo premiado de lotería de Navidad. Me temo que no comparto el entusiasmo de las anteriores. A ver cómo articulo mis razones:
El autor advierte al principio: “El arte, la arquitectura, las localizaciones, la ciencia y las organizaciones religiosas que aparecen en esta novela son reales.” De lo que no avisa es que las personas no son reales. Imagino a un lector estadounidense leer sobre el rey de España y su heredero Julián y me temo que se lo creerá a pie juntillas. Incide demasiado en la influencia de la iglesia católica en la monarquía y en la perdurabilidad del franquismo.
No se encuentra tanta acción como en otras novelas ni los acertijos que resolver presentan mucho interés. Encima deja uno por solucionar, relacionado con una empresa de transporte: me pregunto cuánto habrá cobrado por ello.
Como aspecto positivo, la difusión turística de diversos enclaves españoles como Barcelona, Bilbao, Sevilla y Madrid, entre otros. De la mano del autor recorremos escenarios como el Monasterio de Montserrat, la Casa Milà (La Pedrera), la Sagrada Familia, el Museo Guggenheim Bilbao, el Palacio Real o la Catedral de Sevilla. Por cierto, comparto la opinión de Langdon sobre el Valle de los Caídos.
Para terminar, una curiosidad: dice que George Lucas se inspiró en las chimeneas de la Sagrada Familia para crear sus tropas de asalto. Juzgad por la foto de abajo.
En resumen, una novela que no habría resultado tan fallida con la mitad de páginas, porque el tramo final recupera brío e interés. Aun así, confío en que Brown retome el pulso y nos devuelva al mejor Langdon en el futuro, cuando me haya olvidado de este casi fiasco.
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