lunes, 5 de febrero de 2018
La forma del agua
Sinopsis:
Elisa es una joven muda que trabaja como conserje en un laboratorio en 1963, en plena Guerra Fría, donde se enamorará de un hombre anfibio que se encuentra ahí recluido.
La forma del agua es un cuento precioso, tanto en el fondo como en la factura, con muchas lecturas. Para empezar, es una historia de amor que reivindica los derechos de lo diferente frente a lo establecido como "normal', sin importar que se sufra una discapacidad o que se proceda de otro mundo. Por supuesto, también es un alegato contra el racismo y la homofobia, y a favor de los derechos de la mujer, tan necesarios ahora como en unos años de transición hacia la modernidad como fueron los 50. Qué poco hemos evolucionado en ciertos temas en más de medio siglo, por desgracia. Incluso está volviendo la rivalidad con el gobierno ruso por parte de los estadounidenses.
Guillermo del Toro posee la habilidad y la sensibilidad de cuidar hasta los mínimos detalles para que todo encaje al final. Cuenta, además, con grandes actores como Octavia Spencer, Michael Shannon (cómo nos gusta odiarlo), el enorme Richard Jenkins, y la pareja protagonista, Sally Hawkins y el especialista en caracterizaciones Doug Jones, cuya criatura anfibia me recuerda a otra que aparece en Hellboy, también de Guillermo del Toro.
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