miércoles, 27 de febrero de 2019

Con mi amiga Ana



El domingo a mediodía, cuando regresaba de comprar el pan, me encontré a mi amiga y quinta Ana con su hija homónima, sentadas en la terraza de la cafetería cerca de casa, disfrutando del maravilloso e inusual sol que tenemos en estos días de finales de febrero. Muy amables, me invitaron a acompañarlas, y por supuesto accedí, que no sé negarme a un rato de buena compañía y amena conversación.

Conmemoramos la ocasión con esta foto. Aunque no tenga importancia, aclaro que la cerveza no es mía: no bebo alcohol porque no me sienta bien, me pongo malísima. Falta de costumbre, supongo. La presencia de los dos botellines era un guiño a nuestros quintos.

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