jueves, 21 de febrero de 2019

Luna de agosto



Sinopsis:
Lord Ransom Falconer, duque de Damerell, acude a la casa de Merlín Lambourne en busca del prodigioso artilugio que este reputado inventor está construyendo. Su adquisición podría ser de vital importancia para ayudar a la Corona británica a derrotar a Napoleón. Lo que el aristócrata jamás habría imaginado es que bajo el nombre de Merlín Lambourne se esconde una mujer, una joven brillante y cautivadora que despertará en él una atracción imposible de reprimir.

Hace un par de semanas vi que la revista Mía iba a ofrecer la compra opcional de novelas de una tal Laura Kinsale. Careciendo de referencias de la autora, consulté San Google y me las dio positivas, lo que me animó a adquirir esta.

Para empezar, nos quiere presentar una protagonista que se aparte de las típicas convenciones de doncella desvalida y así la retrata como inventora y científica. Punto para la autora. Pero en cuanto aparece un tiarrón guapetón, una especie de Gastón, mayor y más experimentado en amores que ella, total ignorante en la materia, y le hace dos arrumacos, la muchacha se abre de piernas. Ay, Laura, que se te ha visto el plumero.

Ahí ya perdí el interés y acabé la novela saltándome párrafos. Veamos, no voy a decir que la novela sea mala. El problema es que el género romántico con alguna que otra escena de sexo me parece tan trillado que es difícil que sorprenda favorablemente, al menos a mí.

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