Sinopsis:
Cada año, en Navidad, los lugareños perturban su pacífica soledad con celebraciones cada vez más desmesuradas, luminosas y ruidosas. Cuando los Quién declaran que ese año van a preparar una Navidad el triple de grande, el Grinch se da cuenta de que solo hay un modo de recuperar algo de paz y silencio: robar la Navidad.
La vi en versión original subtitulada porque lo que me interesaba era oír la voz de Benedict Cumberbatch como el verde gruñón. A pesar del acento americano, como era de esperar, borda los matices de tan divertido personaje. La película es una delicia visual, con un colorido para empachar. Es muy infantil, sí, pero tiene momentos que incitan a la risa, además del mensaje altruista de que la unidad y los buenos sentimientos son más importantes que los regalos. Se va a convertir en un clásico navideño sin duda.
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