viernes, 14 de diciembre de 2007

Alfonsina Storni II



Quisiera poner aquí uno de los poemas que Alfonsina dedicó a su amor tardío, en el que le reprocha amargamente que busque en ella la "pureza" de la virginidad cuando lo que debería entender es que las experiencias vividas tienen tanto o más valor que esa supuesta virtud. El problema es que la pobre Alfonsina, que fue madre soltera con todas las consecuencias, se adelantaba demasiado, tanto en el tiempo (primera mitad de siglo) como en el espacio, pues me imagino que en Argentina en esa época no debían de tener una mentalidad muy amplia de miras, que digamos, salvo en determinados círculos o en el caso de algunas personas más liberadas de prejuicios. Por desgracia para Alfonsina, su amante no era de estos últimos.

Tú me quieres alba,

Me quieres de espumas,

Me quieres de nácar.

Que sea azucena

Sobre todas, casta.

De perfume tenue.

Corola cerrada.
Ni un rayo de luna

Filtrado me haya.

Ni una margarita

Se diga mi hermana.

Tú me quieres nívea,

Tú me quieres blanca,

Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas

Las copas a mano,

De frutos y mieles

Los labios morados.

Tú que en el banquete

Cubierto de pámpanos

Dejaste las carnes

Festejando a Baco.

Tú que en los jardines

Negros del Engaño

Vestido de rojo

Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto

Conservas intacto

No sé todavía

Por cuáles milagros,

Me pretendes blanca

(Dios te lo perdone)

Me pretendes casta

(Dios te lo perdone)

¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques;

Vete a la montaña;

Límpiate la boca;

Vive en las cabañas;

Toca con las manos

La tierra mojada;

Alimenta el cuerpo

Con raíz amarga;

Bebe de las rocas;

Duerme sobre escarcha;

Renueva tejidos

Con salitre y agua;

Habla con los pájaros

Y lévate al alba.

Y cuando las carnes

Te sean tornadas,

Y cuando hayas puesto

En ellas el alma

Que por las alcobas

Se quedó enredada,

Entonces, buen hombre,

Preténdeme blanca,

Preténdeme nívea,

Preténdeme casta.

1 comentario:

Conchi dijo...

La desgraciada de Alfonsina no habría sufrido ese problema en esta época, más bien al contrario: ahora a muchos hombres les parece que la mujer sin demasiada experiencia carece de interés; algo así como "si no la han querido otros, no la voy a querer yo".
A ver si aprendemos a ser tolerantes y aceptamos la sexualidad de las personas sin poner tantas pegas.