lunes, 17 de diciembre de 2007

Canciones de amor en Lolita's Club


Fui al cine a ver Canciones de amor en Lolita’s Club que me apetecía mucho. La razón principal, no lo voy a negar, era Eduardo Noriega, un señor que me encanta, el galán por excelencia del cine español de esta década tal como Imanol Arias lo fue en los 80 y los 90. Además de guapísimo, es buen actor, como prueba en esta película donde interpreta dos papeles tan diferentes: Raúl, un violento policía metido en líos con las mafias y su hermano Valentín, un discapacitado mental, dulce y desprotegido.


El argumento me resultaba conocido, no en vano me había leído la novela de Juan Marsé hacía unos meses, y me pareció una adaptación bastante fiel. Lo que cambia son los escenarios de la acción, de Cataluña a Alicante. Los exteriores de la peli fueron rodados en la provincia y los interiores en los estudios alicantinos de la Ciudad de la Luz, a excepción de aquellos que representan el club del título que fueron filmados en el club de alterne más grande, popular y concurrido de esta zona. Mira por dónde he visto cómo es. Me cuesta entender el sórdido mundo de la prostitución, no tanto por las trabajadoras del sexo como por los hombres que pagan por tales servicios.

Ésta es la sinopsis:

Raúl es un policía expedientado por el cuerpo y amenazado por las mafias tras haberle dado una paliza al hijo de un narcotraficante. Dispuesto a tomarse un respiro, visita a su hermano gemelo, Valentín, un joven discapacitado al que todo el mundo adora. Cuando Raúl se entera de que Valentín está trabajando en un club de alterne y se ha enamorado de una de las prostitutas, decide sacarle de ahí. Sin embargo, pronto se ve atrapado en una relación a tres bandas marcada por el crimen organizado. Se trata de una truculenta historia de violencia, drogas y prostitución que encierra un triángulo amoroso y una compleja relación entre dos hermanos gemelos.

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