Surcar los cielos en un biplano frágil, inflamable y con la cabina abierta, superando a la nave enemiga y mejor equipada, y sabiendo que la esperanza de vida media de los pilotos no llega a las seis semanas: esta es la osada y heroica historia de los hombres de la Escuadrilla Lafayette, el primer escuadrón de pilotos de combate norteamericanos que entró en acción en la Primera Guerra Mundial, cuando unos jóvenes llenos de valor se alistaron voluntarios para luchar a favor de la democracia.
También es la historia de la nueva película épica Flyboys, héroes del aire, que he visto en dvd: un relato de amor, pérdida y aventura interpretada por un reparto internacional (muy guapos, pero algo insulsos, Martin Henderson y James Franco); con la aparición estelar de una flota de aviones reales de la Guerra, de efectos especiales de última generación y de tecnologías de cámara revolucionarias, para poner al espectador en la misma cabina de pilotaje que los protagonistas. Apenas una docena de años después de inventar el vuelo controlado a motor, estos pilotos inventaron, experimentaron y se metieron de lleno en la era moderna del combate aéreo.
Para pasar el rato sin mayores pretensiones.
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