Crazy, stupid, love

Sinopsis:
El cuarentón Cal Weaver (Steve Carell) está viviendo el sueño de su vida: un buen trabajo, una casa bonita, unos niños ya grandes y el matrimonio perfecto. Pero cuando Cal se entera de que su esposa, Emily (Julianne Moore), le ha engañado y quiere el divorcio, su vida "perfecta" rápidamente se desmorona.
Cal pasa ahora sus tardes libres de mal humor solo en un bar, así que contrata al guapo treintañero y seductor Jacob Palmer (Ryan Gosling). En un esfuerzo para ayudar a Cal para que olvide a su esposa y empiece a vivir una nueva vida. Pero Cal y Emily no son los únicos que buscan el amor en lo que podría ser el lugar equivocado: su hijo de 13 años de edad, Robbie (Jonah Bobo), está loco por su niñera de 17 años Jessica (Analeigh Tipton). Y a pesar de cambio de imagen de Cal y sus muchas conquistas nuevas, la única cosa que no se puede hacer más es su corazón, que lo vuelve a llevar donde comenzó.

Me ha entretenido bastante esta peli sobre la necesidad de amar a cualquier edad, desde la adolescencia a la madurez. Aun así, no es la típica comedia romántica. De hecho, la manera de comenzar es directa, triste. A nadie le gusta ver cómo algo acaba, eso no se muestra en una comedia romántica, pero Crazy, stupid, love define perfectamente lo que es una "dramedia", ese híbrido de drama y comedia. Afortunadamente, el segundo factor es el que prima.

Aunque pretenda burlarse de los clichés, contiene unos cuantos. La posible transgresión se diluye pues acaba condenando la promiscuidad, santificando el matrimonio y la formalidad sexual, juzgando a sus personajes y arrimándolos a todos, niños y mayores, al ascua de las buenas y cristianas costumbres del buen americano medio.

Todos los posibles defectos quedan paliados por un reparto sólido, tanto adultos como jóvenes. La única pega es que, por muy buenorro que esté, no acabo de ver a Ryan Gosling de galán, me da yuyu su expresión. Será que lo he visto demasiadas veces hacer de psicópata.