El fin de semana pasado se celebró la festividad de las Santas Justa y Rufina, patronas de la alfarería. En la calle de mi madre hay una ermita dedicada a ellas, así que hubo lo largo del fin de semana una pequeña fiesta. Empezó el jueves con la “puesta de banderitas”, que consiste en adornar la calle con luces, banderitas, tiras de papel, farolillos y similares, amenizado por los cohetes que tiran mi hermano y vecinos con tal de que el resto del pueblo se enteren de que hay movida en la calle Alfarería. Fiesta y comilona son indisolubles en mi tierra, así que ya tenéis a los vecinos en la calle a medianoche comiendo chocolate con buñuelos.
También hay animación infantil y por la noche los vecinos de la calle sacan afuera las mesas para cenar juntos en buena armonía (aunque siempre hay vecinas que no se hablan o se critican entre sí en cuanto vuelven la espalda). Por primera vez desde que se retomó esta celebración mi familia no ha tomado parte activa en ella debido al luto por mi tío.
En las fotos, de arriba abajo, vista de la calle engalanada, “les Santetes” en la ermita y en la procesión.
En las fotos, de arriba abajo, vista de la calle engalanada, “les Santetes” en la ermita y en la procesión.
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