martes, 15 de julio de 2008

Sexo en Nueva York


He ido al cine a ver Sexo en Nueva York. Vaya por delante que no soy fan acérrima de la serie, de las que han visto todos los capítulos de todas las temporadas. Sólo la conocía someramente y a los personajes de las cuatro amigas protagonistas. Con todo, creo que la película se puede seguir sin problemas incluso por los no iniciados.


Se le ha criticado ser como la versión extendida de un episodio televisivo. Puede que sí; de todas maneras, confieso que las más de dos horas de metraje no se me hicieron nada pesadas y eso que el final es de lo más previsible.


Considerada el epítome del glamour, salen tropecientos modelitos de altísima costura con sus correspondientes accesorios, preciosos muchos de ellos, pero otros merecerían un “aarg” bien fuerte.


Hay que ver el partido que se saca Sarah Jessica Parker con el vestuario y el maquillaje para parecer resultona teniendo un físico tan poco agraciado que alguna web califica de caballuno, más seca que una mojama, con unas venas en manos y brazos que asemejan las rutas del GPS; bajita, siempre encaramada a tacones de palmo incluso en las zapatillas de andar por casa... Por cierto, tampoco sabía yo que un requisito indispensable para resultar glamourosa a la hora de ir a dormir es llevar un collar de perlas. ¡Con lo que a mí me molesta todo accesorio para conciliar el sueño!

Sin embargo, más allá de los zapatos Manolos, los trajes de moda y los cócteles cosmopólitan, la película muestra la fuerte amistad entre las cuatro mujeres por encima de envidias, celos y malentendidos. Siempre se puede contar con las amigas para confidencias, apoyo en rupturas sentimentales, despotricar de los hombres o adorarlos en los términos más explícitos. La ciudad de Nueva York, como siempre, es la quinta protagonista de este largometraje y dan unas tremendas ganas de cogerse un avión y salir volando hacia allí.

2 comentarios:

Jesús dijo...

Pues nada ya sabes lo que dice la canción de Mecano ... aprovecha cómo está el dólar y vete a buscar marcha a NY ....

Conchi dijo...

¡Que más quisiera yo! Con la hipoteca a cuestas no me sobran dólares. Menos mal que ya fui a NY cuando era soltera y solvente.